Un tatuaje es para toda la vida. Así que si lo haces, esperas que salga bien. Puede salir excelente, y aún así te puedes arrepentir. Se trata de plasmar algo que amas, que te representa, que te marco de alguna manera… y hay quienes han sido marcados permanentemente de la peor manera.
Algunos han querido plasmar en su piel a sus ídolos, el equipo de sus amores, aquello que siguen y de lo que son fanáticos hasta el final. Pero los resultados pueden parecer más una tétrica obsesión que una obra de arte.