Amor del bueno: cuando lo encuentres, cuídalo y disfrútalo es el último libro de la psicóloga especializada en relaciones, Mila Cahue. En él, la autora trata de ayudar al lector a identificar si la pareja es manipuladora, mentirosa o simplemente tóxica. Además, aborda temáticas actuales como la clase de relación en la que elegimos estar, cómo vincularnos con nuestros ex, y derriba mitos del tipo «sin ti no soy nada» o «el amor hace sufrir».
Como un adelanto, la revista Elle publicó los diez consejos de la psicóloga para determinar de manera rápida si estamos o no en una relación saludable:
1. Las prisas son malas consejeras. Por lo general atienden más a los deseos de uno solo, que de los dos. Excepto si ambos sienten la misma urgencia, cuando se detecta que la relación va muy “forzada”, es mejor dar un paso atrás.
2. Excesivas declaraciones de amor eterno e incondicional cuando apenas nos conocen responden más a un intento de seducir por la vía rápida, que a unos sentimientos sinceros. Si te apetece que te “doren la píldora”, adelante. Pero no te los creas a pies juntillas desde el principio.
3. Las mentirijillas que hacen que se nos encoja el estómago y que suelen tener justificaciones peregrinas a veces suelen ser la punta del iceberg de mentiras bastante gordas. Cuidado.
4. Si la culpa de todas las discusiones que tenéis es tuya y todo pasa porque «te lo hagas mirar por un terapeuta», probablemente estés en una relación más tóxica de lo que te piensas.
5. Si estamos con una persona informal, incapaz de cumplir con sus compromisos, desde los más nimios hasta los más importantes, y tú eres una persona responsable, quizá acabes cargándote con todas las responsabilidades de su vida. No te rompas emocionalmente en el intento.
6. Si solamente cuenta cosas negativas de la gente que ha formado parte de su pasado, e incluso de su presente, o si apenas tiene amistades o personas de confianza y sus relaciones son superficiales, toma una cierta distancia y observa un poco más. Es posible que quizá esa gente de su pasado fuera tan buena como tú, y si hablaras con ellos te contarían la misma historia… pero al revés.
7. Si en los momentos de tensión o presión no sabe controlar o gestionar su (mal) carácter, te encuentras ante una persona con la que será muy difícil convivir, además de muy desagradable. Los excesos de agresividad, aunque solamente sean verbales, con el paso del tiempo se hacen insufribles.
8. Si tienes a una persona que, en nombre del amor que presuntamente te profesa, está pegada todo el día a ti como tu sombra, no te confundas: o se trata de alguien excesivamente dependiente o excesivamente controlador. Cuando te quieras dar cuenta, te será difícil salir de la sutil tela que tejen a tu alrededor y que pueden apretar hábilmente a su conveniencia con distintos tipos de chantajes.
9. Si tu pareja, lejos de hablar o decirte las cosas con cariño y respeto, es una fuente continua de exigencias y reproches hacia ti, está ejerciendo un patrón de dominación que poco a poco va dejando tu autoestima a la altura del subsuelo. Si no le gusta cómo eres o lo que haces, ya sabe lo que tiene que hacer: o decirlo mejor, o buscarse alguien que se ajuste más a sus expectativas.
10. Si no tienes muy claro por qué se te encoje el “higadillo”, o el estómago, o por qué desconfías sin saber muy bien de qué o por qué, haz caso a tu cerebro: te está enviando señales no verbales de que algo no marcha como debería. No obvies estas maravillosas señales y date un tiempo y distancia para analizar qué es lo que estás percibiendo y ponerlo de una manera racional y verbal. La primera lección que hay que aprender en el ámbito de las relaciones es a confiar en uno mismo.