Unos jóvenes de Sidi Al Kamel, una pequeña localidad en Marruecos, pasaron una semana hospitalizados, para ser tratados por rabia. Los adolescentes se contagiaron esta enfermedad tras violar en grupo a un burro.
Se afirmó que el número de personas infectadas puede ser mayor, ya que muchas familias -avergonzadas y horrorizadas- llevaron a sus hijos a los hospitales para someterlos a tratamiento.
El cruel acto se convirtió rápidamente en un tema de burla e indignación, entre la población de la pequeña localidad. También se ha convertido en un tema de temor y vergüenza para los padres que, en el más absoluto secreto, han vacunado a sus hijos en caso de que hayan «tocado» al animal.
Las autoridades locales ordenaron al propietario del animal que lo sacrificara para evitar un mayor riesgo de propagación de la enfermedad.
Un acto sumamente cruel que tuvo consecuencias para los perpetradores.