150 kilos de material extraterrestre alberga el Vaticano

La colección fue completada con otra existente

Charilin Romero

14/09/2018 10:53am

A las sociedades del mundo les intriga saber si en otro planeta hay existencia de otras vidas, aunque ufólogos apuestan que es un hecho, otros prefieren mantenerse incrédulos. Mientras que en algunas religiones considerar esta hipótesis es producto del maligno. Sin embargo, que la máxima autoridad del catolicismo fije postura en estos temas de la ciencia genera curiosidad.

En el Vaticano acaba de celebrarse el primer Congreso Internacional de Curadores de Meteoritos, donde han participado expertos de todo el mundo, cuya actividad fue organizada por el Observatorio de la institución eclesiástica, creada en 1891 para modificar el pensamiento de que la iglesia ha sido una enemiga histórica de la ciencia.

Las piezas son un código secreto del Vaticano

Según las autoridades del Vaticano, este posee la más importante y valiosas colecciones de meteoritos que existe en el orbe y que están formadas por más de 1.500 piezas y fragmentos que suman en total, unos 150 kilos de material extraterrestre. Ahora las dos interrogantes serían ¿de dónde provienen estos restos de meteoritos? y ¿cómo lo recolectaron?.

De acuerdo con los detalles dados a conocer en el congreso, Adrien-Charles, Marqués de Mauroy, quien fue un noble y vicepresidente de la Sociedad Francesa de Mineralogía logró concentrar esta artífice colección.

Se desconoce dónde fueron recolectadas las piezas de la colección

El Marqués se hizo poseedor de la mayor colección de minerales de Europa y entre los años 1896 – 1912, la entregó en un gesto de donación al Vaticano, porque tenía buenas relaciones con la iglesia católica y sus dirigentes.

Las casi mil piezas del marqués pertenecían a 400 meteoritos, y fueron la base de esta colección que se ha ido completando con otras adquisiciones. Aún se desconoce cómo las adquirió Charles y en qué lugar.

Meteoritos

Los meteoritos son las pequeñas partículas que orbitan alrededor del sol y que al entrar en contacto con la atmósfera de algún planeta, por ejemplo la tierra, la fricción con el aire hace que se calienten y es cuando empieza a irrigar luz, formando una bola de fuego. Pese a que es común la aparición y los hallazgos de estos en la tierra, también la Luna y Marte han dado testimonio de la existencia de estos.