Cada día son más las personas que reconocen que los animales sienten y sufren, y que este sufrimiento está relacionado con las características de cada animal. Privarlos de espacio es una forma de hacerles mucho daño.
Por ejemplo, una gallina será feliz en un corral con las dimensiones adecuadas, pero comenzarán a enfermar o a tener comportamientos extraños si el espacio se les limita.
Mientras más inteligente o grande sea el animal, sus necesidades van aumentando. Y mientras más se les prive de espacio, o de las condiciones propias de su hábitat, con mayor probabilidad aparece la estereotipia.
¿De qué se trata? La estereotipia son comportamientos anormales que suelen verse en animales que están en cautiverio, sobre todo en aquellos que viven en espacios demasiado reducidos y que por ello, tienen pocas posibilidades de realizar sus comportamientos normales.
Los comportamientos estereotipados más comunes en animales encerrados son, por ejemplo, caminar de un lado a otro, balancearse, nadar en círculos, dormir mucho, entre otros comportamientos.
La estereotipia se ha observado en muchos animales como primates, aves y carnívoros.
Hasta un 40% de los animales del zoológico presenta este tipo de comportamientos.
Lo triste es que en algunos animales estas conductas se han normalizado, como es el caso de los caballos que pasan la gran parte del tiempo en un establo. Popularmente, se conoce como «vicio de establo» a aquellos comportamientos que incluyen mordiscos en las instalaciones, en sus patas y movimientos repetitivos. Esto trae serias consecuencias para su salud.
Se piensa que los comportamientos estereotipados son la consecuencia de los ambientes artificiales que no dejan a los animales desarrollarse en el ambiente que les corresponde, por ello no pueden realizar sus propios comportamientos.
Lamentablemente, eliminar estos comportamientos en animales que ya los padecen es casi imposible, debido a las alteraciones que se producen en sus cerebros.
fuente: lavoz