La artista Marina Abramovic, a quien recordarás por otra emotiva performance donde se encuentra con un viejo amor, acaba de hacer público uno de sus materiales más controvertidos: Ritmo 0… Fue llevada a cabo en 1974 en el pequeño Studio Mora en Nápoles, Italia.
Dale un vistazo:
¡La ejecución del proyecto era muy simple!
Ella debía permanecer inmóvil, como un objeto inanimado, durante un lapso de 6 horas… En ese lapso de tiempo, los asistentes y visitantes podrían interactuar con ella y usar hasta 72 objetos que había en una mesa cercana.
En las mesas, la artista dejó el siguiente mensaje:
Instrucciones:
- Hay 72 objetos en la mesa y pueden usarlos en mí según deseen.
- Premisa: Yo soy el objeto. Durante este periodo asumo toda la responsabilidad.
- Duración: 6 horas (20:00 pm – 02:00 am)
Había objetos de placer como plumas, paules de seda, flores, agua.. y otros de destrucción como cuchillas, cadenas o una pistola con balas.
Todos comenzaron a interactuar con la artista.
De forma muy tímida… Alguien se acercó a decorar con flores, unirla con una cuerda a otro objeto, hacer cosquillas.
Luego la cambiaron de posición…
Y usaron cadenas o la rociaron con agua, y al ver que ella contenía las reacciones, la gente aumentó la intensidad.
El crítico de arte Thomas McEvilley, quien asistió al evento.
Recuerda la escalada de violencia que se produjo: “Comenzó tranquilamente. Alguien le dio la vuelta. Alguien alzó sus brazos en el aire… Alguien la tocó íntimamente”
¡Pero luego un hombre usó una navaja de afeitar!
Para realizar un corte en su cuello y otro eligió utilizar las espinas de una rosa para arañar su vientre… “A las tres horas cortaron sus ropas con una cuchilla de afeitar. A las 4, las mismas cuchillas comenzaron a herir su piel. Varios asaltos sexuales menores se llevaron a cabo, pero ella estaba tan comprometida con la obra que hubiera resistido hasta una violación o su propio asesinato”, explica McEvilley.
De hecho ¡Alguien puntó un arma cargada contra su cuello!
En las últimas horas, la performance se se transformó en algo verdaderamente espeluznante: “Me sentí violada”, recuerda Abramovic. “Me cortaron la ropa y desnudaron en parte, me pegaron con la rosa de espinas en el estomago y lo de la pistola fue punto y aparte…”
¿El resultado?
Con esta performance Abramovic comprobó como de rápido se intensifica la violencia hacia otras personas cuando las circunstancias son favorables para quienes la ejercen.
Tras las seis horas y una vez concluido el experimento.
Abramovic se paseó por la sala, pero los asistentes evitaban mirarle a la cara, la gente se comportaba con cierta normalidad, como si quisieran olvidar su agresión y como disfrutaron haciéndole daño:
“Esta obra revela algo terrible sobre la humanidad. Muestra qué tan rápido una persona puede hacerle daño en circunstancias favorables. Muestra lo fácil que es deshumanizar a una persona que no lucha, que no se defiende. Muestra que si proporciona el escenario, la mayoría de las personas “normales”, al parecer, pueden llegar a ser verdaderamente violentas”
A continuación puedes ver en vídeo:
Vía: difundir