De estas 7 maneras tu cerebro te engaña

Nuestro cerebro decide cómo percibimos el mundo que nos rodea

De estas 7 maneras tu cerebro te engaña

Autor: Paula Toro

Nuestro cerebro decide cómo percibimos el mundo que nos rodea. Nos hace tomar decisiones y nos guía en nuestra vida y en nuestras relaciones con otras personas y con nuestro entorno. En cambio, a pesar de ser la herramienta más fiable que tenemos para caminar por el mundo de buena manera, nuestro cerebro juega con nosotros y nos engaña de muchas maneras, haciéndonos pensar que algo es verdad cuando en realidad no lo es.

 Estos son algunos ejemplos de maneras en las que este órgano tan desarrollado nos la juega.

1. Saciación semántica

¿Alguna vez has repetido una palabra hasta el punto en el que empieza a perder sentido? Si esto te ha ocurrido, no te preocupes, los científicos han estudiado este fenómeno y lo llaman saciedad semántica. Los estudios encontraron que, al repetir una palabra, el cerebro se sacia y empieza a confundirse sobre lo que la palabra significa.

Normalmente cuando se dice una palabra (por ejemplo, “lápiz”), el cerebro encuentra la información semántica para un lápiz  y conecta las dos cosas. Sin embargo,  al contrario de lo que nos puede indicar nuestra intuición, si se repite una palabra varias veces rápidamente, el cerebro se vuelve cada vez menos capaz de conectarla con esa información semántica.

Los investigadores han encontrado usos prácticos para esta información más allá de divertirse con la facilidad con que perdemos de vista el sentido de una palabra. A través de la saciedad semántica en un ambiente controlado, han podido ayudar a los tartamudos, e incluso han ayudado a personas con coprolalia, una afección que sufren los pacientes del Síndrome de Tourette que les hace repetir su palabrota favorita una y otra vez.

2. Hipnagogia

Muchos de nosotros tenemos la impresión de que sólo bajo la influencia de las drogas se pueden experimentar alucinaciones, pero nada más lejos de la realidad.

Las alucinaciones hipnagógicas ocurren en ese lapso de tiempo de cuando te estás quedando dormido, pero aún no lo estás del todo, mientras que las alucinaciones hipnopómpicas ocurren cuando te estás despertando. Ambas formas de alucinación pueden ser de naturaleza auditiva o visual. Son distintas del sueño: varias investigaciones han demostrado que el cerebro puede causar alucinaciones cuando todavía está parcialmente consciente.

Mientras que aquellos que están especialmente cansados ​​o tienen algún trastorno o condición mental previamente existente son un poco más propensos a tener estas experiencias, éstas son muy comunes en individuos sanos también. Además, nuestros cerebros no están satisfechos con hacer sus triquiñuelas  cuando estamos durmiendo o en ese estado de crepúsculo entre el sueño y la vigilia, sino que personas neurológicamente normales pueden tener alucinaciones auditivas incluso cuando están completamente despiertos.

3. Recuerdos falsos

La mayoría de nosotros estamos muy seguros de nuestros recuerdos, y ¿Por qué no estarlo? En un mundo extraño y cambiante que a menudo no tiene sentido, nuestras experiencias pueden ser una de las pocas cosas que nos anclan a la realidad. Sin embargo, los científicos han llevado a cabo experimentos sobre la memoria y han descubierto que es increíblemente fácil crear falsos recuerdos.

Según un investigador, la razón por la que somos tan fácilmente engañados es porque nuestra mente trata de grabar todo en nuestro entorno, pero inevitablemente falla, lo que conduce a las lagunas en la memoria. Para hacer frente a estas lagunas, nuestra mente establece automáticamente cualquier recuerdo falso que cree que tiene sentido basado ​​en nuestro conocimiento y experiencia actuales.

Además, en un experimento, los investigadores convencieron a una mujer de que se había perdido en un centro comercial cuando era joven. No sólo les creyó firmemente, sino que empezó a inventar detalles sobre una anciana que la había ayudado y a hablar sobre mirar a unos cachorros que se encontraban allí ese día. Los investigadores fueron capaces de convencerla tan bien que cuando le dijeron que el recuerdo era falso y que todo había sido un experimento, ella no los creyó hasta que llamó sus padres para confirmar que, efectivamente, nunca se había perdido en un centro comercial.

4. Efecto GPS

¿Confías en tu GPS para conseguir por todas partes? ¿Lo usas incluso para ir a lugares cercanos y conocidos? Si es así, quizás debas plantearte el usarlo menos.  tal vez desee considerar usarlo menos.

Resulta que el uso del GPS es una forma fácil de proporcionarnos a nosotros mismos una falsa sensación de seguridad y perder nuestro sentido de la dirección, ya que usar demasiado el GPS hace más difícil para nosotros crear mapas espaciales en nuestra mente. Aún peor, algunos investigadores creen que si no usamos nuestras habilidades espaciales con regularidad, podríamos sufrir mayor riesgo de demencia a edades más tempranas.

Los investigadores sugieren que usemos los GPS sólo cuando no conocemos la ruta, y que lo utilicemos más como una herramienta que como una muleta. Un dato más positivo nos muestra que el uso constante de nuestras habilidades espaciales hace que nuestro cerebro sea más fuerte.

Los taxistas de Londres tienen que pasar por un proceso extremadamente riguroso para aprender sus rutas, que sólo cubren un radio de 9,5 kilómetros, pero incluyen 25,000 calles con 320 rutas separadas y cerca de 20,000 puntos de interés diferentes. Los investigadores que estudiaron a estos taxistas londinenses encontraron que no sólo los veteranos experimentados, sino también los que acababan de tomar el entrenamiento, habían sufrido un aumento de la materia gris en el cerebro. Los científicos creen que la implicación más importante de este estudio es que muestra que el cerebro humano es extremadamente bueno para adaptarse bien a la edad adulta.

5. Melodías pegadizas

¿Alguna vez has tenido una canción terrible pero pegadiza sonando en tu cabeza durante días? Bueno, al menos los angloparlantes pueden ponerle nombre, los científicos le han llamado earworm  (gusano de los oídos).

La explicación que algunos científicos dan básicamente implica que el cerebro se queda atascado en un bucle.  Probablemente recuerdes a la perfección un verso de cualquier canción que tengas atascada en la cabeza, pero no te sepas el resto. Después de cantar el primer verso, tu cerebro trata de pasar al siguiente, pero no conoce el resto de la canción. Debido a que al cerebro le gusta volver a los pensamientos inacabados, se queda atascado en un bucle, continuamente tratando de empezar de nuevo y terminar la canción.

Después de unos días presumiblemente luchando por sacar a Los Chunguitos de sus cabezas, un grupo de científicos se decidió a averiguar cómo romper este hechizo. Después de mucho estudio, su consejo es que te centres en una actividad cognitiva no demasiado fácil pero tampoco demasiado difícil, como resolver crucigramas o leer una novela.

6. Moral atónita

La mayoría de nosotros tenemos opiniones firmes sobre temas como el canibalismo y el incesto, y la mayoría de nosotros los consideramos moralmente erróneos.  Sin embargo, los investigadores han encontrado que, cuando se pregunta sobre estos temas, el cerebro de la mayoría de las personas se ralentiza, incapaz de llegar a una respuesta adecuada, a pesar de que las conductas en cuestión son consideradas tabú por la mayoría de las sociedades modernas.

 Este fenómeno se denomina moral enmudecida, los sujetos fueron “enmudecidos de un golpe” y por ello son incapaces de explicar adecuadamente por qué se sienten tan golpeados por un tema.

En uno de los escenarios sobre los que se hizo un experimento, alguien que trabaja con un cuerpo de un hombre que iba a ser cremado de todos modos tiene un pequeño trozo de carne consigo para comérselo. Esa persona se aseguró de cocinarlo bien para eliminar cualquier enfermedad. En otro escenario, dos hermanos estaban juntos de vacaciones y decidieron mantener relaciones sexuales con protección.

Después de plantear estas dos situaciones, se preguntó a los participantes si lo que estas personas habían hecho estaba mal, luego se les pidió que explicaran por qué. Los investigadores encontraron que la gente sentía claramente que estos comportamientos eran moralmente incorrectos, pero tenían que esforzarse para verbalizar su razonamiento. La investigación aún no ha explicado por qué se produce esta respuesta, puede ser que los tabúes de la sociedad estén arraigados en nuestra conciencia tan profundamente que sentimos un poderoso impulso moral contra ellos aunque no podamos explicar lógicamente por qué.

7. Borrachera de sueño

Muchos de nosotros sabemos que si se pasa mucho tiempo sin dormir, nuestro comportamiento puede ser bastante parecido al de un borracho. De alguna manera, con dormir demasiado pasa lo mismo.

Cuando dormimos más que de costumbre, solemos levantarnos bastante despistados y nos preguntamos que por qué nos ocurre esto si hemos dormido de sobra. Precisamente a esto se debe, aunque no es algo que deba preocuparte porque solemos acumular horas de sueño que nuestro organismo necesita recuperar en algún momento.

Cuando duermes demasiado, tu cerebro se confunde y te deja en un estado entre el sueño y vigilia. Esto es peligroso si te encuentras en una situación para la que requieres atención plena, como al estar conduciendo. Muchas personas que se encuentran en este estado no se dan cuenta de lo peligrosos que son en la carretera, por lo que mejor esperar a estar totalmente despiertos para coger el volante.

Vía: lavozdelmuro


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