Fue en 1999 cuando se estrenó la película Stuart Little, comedia para todas las edades en la que una familia adopta nada menos que a un simpático ratón blanco, quien se llevará muy bien con todos excepto con el gato del hogar.
La cinta contó con la participación de Hugh Laurie, Geena Davis y el pequeño Jonathan Lipnicki en los papeles principales además del trabajo de Michael J. Fox como la voz para el ratón. El éxito de la producción la llevó a recaudar más de 300 millones de dólares a nivel mundial.
Sin embargo, y como suele ocurrir con la mayoría de las películas, Stuart Little incluye un detalle en una de sus escenas que para la enorme mayoría paso totalmente desapercibido.
Se trata de uno de los cuadros que la familia Little tiene en su hogar, el que si bien a simple vista puede no tener nada de extraordinario, esconde un importante secreto.
Mientras el historiador húngaro Gergely Barki veía la película junto a su hija en la navidad de 2009, se dio cuenta que correspondía a la pintura “Mujer dormida con jarrón negro”, obra del pintor húngaro Róbert Berény y que se mantenía perdida desde 1928.
“Mis ojos no lo podían creer cuando vieron la obra maestra de Bereny en la pared, detrás de Hugh Laurie”, explicó Barki al periódico norteamericano The New York Post.
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“No estaba en pantalla por sólo un segundo, sino que aparecía en varias partes de la película, así es que sabía que no estaba soñando. Fue un momento muy feliz”, agregó el investigador del Hungarian National Gallery de Budapest y que precisamente se encontraba escribiendo una biografía de Berény.
Esto lo llevó a enviar numerosos mails al equipo encargado de la cinta, descubriendo así que una asistente de producción del film lo había comprado en una tienda de antiguedades de Passadena, California, por 500 dólares (unos 340 mil pesos chilenos). A la mujer le pareció buena idea usarlo para adornar la casa de la familia Little.
Luego de contarle la historia de la pintura, la dueña decidió venderlo a un coleccionista, quien en 2014 lo subastó. La obra de Berény alcanzó finalmente un precio de 242 mil 393 dólares, equivalentes a unos 165 millones de pesos chilenos aproximadamente.
La pintura fue expuesta al público en Hungría en 1928, y desde entonces no se sabía nada de su paradero. Barki piensa que pudo haber llegado a manos de un judío, quien la llevó hasta Estados Unidos después de escapar de la II Guerra Mundial.
Vía Difundir