Rodrigo Alves, mejor conocido como “El Ken Humano“, es un hombre de origen brasileño que se ha sometido a más de 58 cirugías plásticas buscando solo un objetivo: convertirse en el Ken humano. Sí, el eterno novio de la muñeca Barbie. Las personas que lo conocen saben cómo luce su aspecto con más de 50 cirugías en su cuerpo, pero nadie sabe cómo era antes de tanta operación en el quirófano.
A la corta edad de los 17 años Alves se sometió a la primera cirugía plástica. Nadie iba a presagiar que esta sería la primera de otros 57 procedimientos más entre los que hay operaciones en la nariz, implantes de cabello y bueno, decenas de modificaciones más en todo su cuerpo, desembolsando una suma que asciende a los 588.000 dólares.
Poco se sabe sobre la infancia de Rodrigo Alves. De acuerdo al sitio DailyMail, Alves tuvo una infancia completamente normal salvo un detalle: su fascinación con los príncipes de Disney en las películas animadas.
Poco a poco, aquella obsesión que sufrió con las representaciones del príncipe azul y del hombre perfecto, comenzaron a calar en lo profundo de su mente hasta que decidió convertirse en uno.
En varias entrevistas que el hombre ha dado, este ha afirmado que “nació en el cuerpo equivocado“. Para ello, se ha sometido a una cantidad exagerada de cirugías plásticas buscando retratar su verdadero yo.
Si bien 17 años de cirugías plásticas es una cantidad más que suficiente y muchas personas creen que debería detenerse, Rodrigo Alves continúa cambiando y modificando aún más su físico.
“Tengo mucha atención debido a mis apariencias artificiales, pero finalmente me amo y eso es lo más importante de todo”.
-Rodrigo Alves.
Cuando su familia lo vio por primera vez luego de una serie de cirugías, se sorprendieron. Sus padres y los más cercanos organizaron una reunión para invitarlo a visitar un terapeuta.
Alves aceptó de mala gana y asistió al terapeuta por un año completo. El diagnóstico del especialista fue “trastorno dismórfico corporal“, una condición que da a quienes lo padecen una percepción distorsionada de su apariencia física.
Extrañamente y hace pocos días, Alves compartió inesperadamente fotografías de él mismo antes de que todo el mundo lo conociera como “Human Ken Doll” o “Muñeco Ken Humano”.
A pesar de ser un chico lindo y no presentar defectos faciales visibles, Alves asegura que fue intimidado por su apariencia física en la escuela. Los niños se burlaban de él por tener, supuestamente una “nariz ancha“. El bullying llevó a un nuevo nivel cuando los abusadores forzaron a Alves a que pusiera su rostro en un urinario.
El viaje de cirugía plástica de Alves comenzó cuando cumplió 17 años, donde se sometió al bisturí para extraer “tejido extra” en su pecho.
Del rápido paso por su biografía podemos deducir que Alves, a temprana edad, ya manifestaba descontentos con su físico. Durante sus años se ha sometido a 16 cirugías de liposucción. Así es como su cuerpo se veía antes de esta operación.
A día de hoy Alves se ha convertido en el “embajador” de todas las cirugías plásticas en su trabajo en la Academia Estética en los Estados Unidos.
Parte de su trabajo en la organización consiste en hablar de las percepciones negativas que tiene la gente sobre las cirugías plásticas y cómo los procedimientos cosméticos pueden ser utilizados para ayudar a las personas que sufren de trastorno dismórfico corporal, como él.
Muchas personas creen que las cirugías plásticas de Alves provienen debido al trastorno que padece. No obstante, el “Ken Humano” asegura que es capaz de tomar decisiones conscientemente cuando altera drásticamente su cuerpo.
Si bien consideramos que su obsesión por las cirugías plásticas son innegables, pero él se encuentra contento con ellas, ¿quienes somos nosotros para juzgarlo?