El reconocido narcotraficante Pablo Escobar se caracterizó durante su reinado por ser un hombre sumamente violento, pero también como un sujeto al que le gustaba compartir con su familia.
De acuerdo con el medio La República de Perú, Escobar siempre consentía a sus hijos, a tal punto que ellos nunca escucharon un “no” por parte de su padre. La información fue relatada por un sicario del capo.
Tanto así, que una vez le pidieron ir al zoológico. Debido a que no podían salir para no verse expuestos a un asesinato o secuestro, el poderoso capo les construyó uno en su propia casa.
Pero el mayor capricho se lo hizo a su hija Manuela, esta le pidió un unicornio de verdad.
Escobar, sabiendo que estos seres mitológicos no existen, mandó a comprar un caballo y le clavó un cacho de toro.
“Manuela Escobar llegó a pedirle un unicornio a su padre para Navidad. Ante esto, Pablo Escobar intentó complacer a su hija y mandó a comprar un caballo blanco pura raza al que le fue incrustado brutalmente un cuerno de toro en la cabeza. También le añadieron alas”, contó el rotativo.
Días después, el animal murió, pero la escena se volvió a repetir para consentir a la pequeña.
laprensalibre/ElHeraldo
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