Cuando se trata de perder peso son muchas las personas que buscan soluciones rápidas, sobre todo en estas fechas en que empieza a subir la temperatura y, por ende, uno anda mucho más desabrigado.
Y si bien hay dietas que ayudan, hay otras que pueden ser muy perjudiciales para la salud. Sin embargo, hay otras que generan opiniones divididas entre los mismos nutricionistas. Una de ellas es la dieta del ayuno intermitente.
Algunos profesionales no recomiendan esta dieta, ya que quema menos calorías y cuando se vuelve a «la normalidad» se engorda el doble.
En tanto, hay otros que la defienden mucho asegurando que ayuda a perder peso sobre todo en personas que no son capaces de seguir hábitos de vida saludables de manera permanente.
El ayuno intermitente consiste en reducir el aporte de alimentos durante algunos días de la semana y en momentos concretos del día.
Una reciente investigación ha demostrado la efectividad a corto plazo de esta dieta, ya que algunas personas perdieron hasta un 9% de grasa corporal en sólo seis meses, la misma cantidad que se pierde en una dieta clásica.
Esta dieta consiste en reducir la ingesta de alimentos en horas como la cena, pero cada persona puede elegir la forma en que le resulte más llevadera.
Hay personas que siguen una dieta 5:2 en la que son dos días en los que hay un esfuerzo mayor y se pasa a consumir la cuarta parte de lo que se ingiere habitualmente. Otras personas en cambio, prefieren cambiar su menú de cena por un yogurt o una fruta.
Lauren Popeck es una nutricionista del centro Orlando Health en Florida e indica que esta dieta es más fácil en personas que tienen tendencia a saltarse las comidas y no en personas que acostumbran a picar entre horas.
Además, tiene sus excepciones, por ejemplo, los diabéticos no deberían ayunar ya que pueden sufrir una gran baja en sus niveles de azúcar.
Tampoco funciona en personas ansiosas, ya que cuando terminan los días de ayuno pueden comer mucho más de lo que dejaron de comer.
En los días de ayuno es recomendable comer frutas, verduras, y cereales de grano entero, ya que aportan más nutrientes que calorías. Además, los que defienden esta dieta señalan que su flexibilidad es un punto extra, pues no sientes culpa si un día haces un desliz.
Las consecuencias que esta dieta puede traer son dolores de cabeza, confusión mental, irritabilidad y problemas para dormir.
El ayuno puede traer muchas consecuencias para la salud y es por eso que es mejor siempre asesorarse por un nutricionista que nos entregue los consejos necesarios para saber qué es lo que realmente necesita nuestro cuerpo.