Esta es la historia de Lacey Buchanan, una joven que tras una larga relación con el amor de su vida y compañero de colegio, decidieron casarse para formar una familia.
Al poco tiempo Lacey quedó embarazada. Sin embargo y pese a la felicidad de la pareja, los doctores tuvieron que advertirles que no sabían lo que estaba sucediendo pero que había problemas y su hijo no estaba creciendo bien.
Aún así Lacey ya amaba a su hijo a quien había decidido libremente tener y siguió adelante con su decisión. Así cuenta ella su historia:
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Christian nació con una hendidura de labio palatino y sin ojos, ya que no llegó a desarrollarlos durante la gestación. Muchas personas critican la decisión de Lacey ya que ella no estará hasta el final de los días de la vida de su hijo y consideran que ha sido un acto de egoísmo de su parte tenerlo pese a que venía con problemas y que no podría vivir una vida plena. Sin embargo, ella asegura que él le ha dado fortaleza y que cada uno es libre sobre la decisión de abortar o no.
Ahora Christian tiene un hermano: