Mantener el cuerpo embalsamado del líder soviético se ha transformado en una importante tarea para el gobierno ruso. El cuerpo embalsamado de Vladímir Lenin lleva 92 años conservándose gracias a un complejo proceso de químicos. Éste se expone en el mausoleo de la Plaza Roja de Moscú desde 1924. A pesar de la gran cantidad de críticas que genera el gasto millonario para que el cuerpo se mantenga “como si estuviera vivo”, Putin y sus colaboradores se niegan a “dejarlo morir” y enterrar sus restos.
Este año el gobierno ruso gastará 198.000 dólares para que su cuerpo siga conservándose. Gracias a baños continuos de fluidos bioquímicos, su apariencia poco ha cambiado desde su fallecimiento.
Desde el gobierno aseguran que se hará lo necesario para que el cuerpo permanezca como está, sin embargo no quisieron dar el nombre de la empresa a la que se le paga para este trabajo.
Este hecho genera gran debate entre los rusos. Para algunos, el lugar de reposo de Lenin simboliza los logros de la Unión Soviética, mientras que para otros significa sólo un gasto de dinero.
El mausoleo es un lugar de peregrinaje para turistas de todas partes del mundo.
Según una encuesta por internet en la que participaron más de 8.000 rusos, un 62% estarían de acuerdo en enterrar a Lenin. Sin embargo, esta idea siempre ha sido rechazada por las autoridades.
Según la agencia Interfax, Yuri Denisov-Nikolsky, el subdirector del Instituto Ruso de Investigación de Plantas Medicinales y Aromáticas, aseguró que la nueva tecnología que se le aplicará al cuerpo hará posible conversarlo por 100 años más.