Pactum, studium y advenimiento. Fascinación, atracción y emoción. Con la invención de la cámara fotográfica se desencadenó una reivindicación del tiempo y el espacio. Antes de esa fecha, la única forma de preservar algún acontecimiento era a través de la memoria o una obra artística. El problema es que al ser el propio individuo quien recrea la escena o momento, el objeto sufre una reinterpretación o alteración. Nada es una copia fidedigna. Sin embargo, llegó la fotografía y logró capturar la realidad tal y como es. Pero, si todo es una copia fiel, ¿por qué hay tantas imágenes de parecen irreales e incluso fantásticas?
En el extremo de fotografías conceptuales existe Roger Ballen, quien se dedica a componer escenarios retorcidos y lúgubres en donde lo más real es la incertidumbre que se crea en el espectador que mira su trabajo. Si la fotografía captura la realidad, ¿qué clase de realidad es la de Ballen? ¿Por qué sus imágenes provocan angustia y náusea?
El filósofo Friedrich Schiller dijo que lo siniestro es lo que debe permanecer oculto, pero por algún motivo sale a la luz. En la mente de las personas, el inconsciente es la habitación donde se reprimen y ocultan todas las pulsiones que no son aceptadas social y culturalmente. Pueden ser deseos incestuosos, dañar a otros o un fetichismo sexual. En ocasiones esta energía psíquica es tanta que se libera de la prisión que lo contenía. Cuando esto pasa, el individuo sufre un desorden psíquico que suele llamarse psicosis.
Roger Ballen no sufre de psicosis u otro desorden, pero sí entra en contacto con su inconsciente para componer fotografías que están más allá del mundo normal. Sus imágenes son siniestras porque revelan escenarios que deberían mantenerse ocultos pero salieron a la luz. Al observarlas se sabe cuáles son los pensamientos o emociones que Roger reprimió y que ahora fueron transformados en un acto artístico a través de la fotografía.
Roger Ballen nació en Nueva York en 1950. Cuando tomó la fotografía como su trabajo principal se asentó en Sudáfrica, con el fin de retratar sus escenario decadentes en blanco y negro. En la década de los 90 su trabajo se convirtió en una búsqueda introspectiva de su mundo. En ese momento fue cuando sus temáticas se volvieron extrañas y mórbidas.
De acuerdo con un artículo de Cuartoscuro, Ballen «pasó de retratar los escenarios más perturbantes a crearlos él mismo a través de dibujos e instalaciones que complementan su singular perspectiva y lo convierten en un artista de forma completa». El mismo describe su trabajo como “ficción documental”.
¿Qué experiencias provocan las imágenes de Ballen en el espectador? Roland Barthes en su libro “La cámara lúcida” describe tres conceptos que sucede entre la imagen y quien la observa. Punctum es la fascinación, debido a la emotividad, que se crea. Con las fotografías de Ballen la fascinación proviene de lo extraño, de aquello que va más allá de la realidad.
El concepto studium se refiere a la atracción que el espectador siente por la imagen. En este caso la atracción surge del no poder entender del todo el discurso de manera consciente; sin embargo, el inconsciente lo entiende y es él quien motiva al sujeto a seguir observando. Por último está el advenimiento; lo que se siente ante las imágenes. ¿Qué es? Un extrañamiento siniestro de locura y otros fetiches.
Roger Ballen es considerado como uno de los fotógrafos más importantes e influyentes del siglo XXI. Tiene colecciones permanentes en la Galería la Aurora en Murica, España, y el Museo Stedelikj en Ámsterdam, Países Bajos.
Vía: cuturacolectiva