Hombre recopiló 1.001 frases animalescas ocupadas en Chile y lo transformó en un diccionario

A pocos días del térimino de la Feria Internaconal del Libro de Santiago, todavía faltan muchos libros por ser estrenados. Uno de ellos ha llamado mucho la atención de la gente debido a su divertido contenido, el cual sólo incluye frases utilizadas por chilenos y que involucran animales.

El arquitecto y urbanista, Eduardo Dussuel, junto a su hermana antropóloga, María de la Luz y su cuñado, Renato Lewin, doctor en matemática de la University of Colorado at Boulder, dedicaron muchos años de su vida en recopilar típicas frases chilenas, como «aburrido como ostra» o «estar para el gato». Es así como crearon el libro llamado Diccionario de la Animalengua.

En conversación con LUN, el autor explicó que su libro está dividido en varias categorías que recopilar exactamente 1.001 frases: «Cada una de ellas tiene su capítulo, con ribetes graciosos, y su correspondiente porcentaje de los 1.001 términos. Pajarracos (22,18%). Acaballados y burradas (11,0996). Aparrados (10.0996). Vida acuática (9,29%). Insectos y bichos raros (9,29%). Vacunos cabreados (8.19%). Gatos chicos y gatos grandes (6,8996). Irse al chancho (5,89%). Sapos y culebras (5,79%). Mala cueva dijo el conejo (4,8096). La ley del mono (3,50%) y otras bestias (3,00%). Todas dan 1.001, entre palabras y frases».

Además, Eduardo reveló que en la década de los ’80, mientras se encontraba viviendo en México, se escribía cartas con su hermana, donde el lenguaje que utilizaban incluía conceptos animales. Años después recopiló todo y creó el libro. La obra no sólo incluye frases y sus respectivas explicaciones, sino que también un extenso análisis sobre ellas: «Hay una inclinación machista del lenguaje. La hembra en los animales tiene mala reputación. Y la imagen de los machos en la mayoría de los casos es magnífica, de potencia, de fuerza, de valor, es el caso del toro. A la vaca, en cambio, le va pésimo en el lenguaje animalesco. Lo mismo sucede con el caballo y la yegua, el gallo y la gallina».

Pese a que tardó varios años, fue enfático en señalar que él no es experto en lengua: «somos estudiosos del lenguaje, somos obreros del catastro de dichos y palabras con la fauna animal. Ahora le damos la palabra a los especialistas que son los que pueden estudiar el fenómeno», sentenció.

Revisa algunas de las frases que aparecen: