Mitchell Hunter es un ex soldado estadounidense que sufrió un terrible accidente. En el año 2001 iba junto a un amigo en auto, cuando de pronto se estrellaron contra un poste de alumbrado eléctrico, lo que provocó un shock de 10 mil voltios a su pierna y que le recorrió la mitad de la cara, causándole terribles quemaduras.
Como consecuencia, perdió la mitad de su rostro y una de sus piernas.
Diez años más tarde, su vida dio un giro: se convirtió en la segunda persona en Estados Unidos en someterse a trasplante de rostro.
Con una operación que duró más de 14 horas, se logró implantarle una nariz, párpados e incluso recuperó la sensibilidad en el rostro.
Casi seis años han pasado desde que se operó y hoy, Mitchell, quien tiene 35 años, quiere destacar lo bien que le hizo la operación, ya que le cambió la vida. «Me siento tan saludable como cuando tenía 21 años, y eso se siente genial» y agregó «Es mucho más fácil salir a la calle. No llamo la atención. Solo soy una cara más en medio de la multitud, y eso es todo lo que quería».
«Siento calor, frío, dolor, cosquillas, cuando me froto la barba, un beso, puede sentir todo. Es increíble solo tener una sensación como esa de vuelta», aseguró.
Cabe señalar que antes de la operación, Mitchell se sometió a más de 20 injertos de piel, sin embargo, los niños todavía arrancaban cuando lo veían pasar.
Esto acomplejó mucho a este hombre, ya que él también tuvo un hijo y no quería que esto le ocurriera más: «He visto niños que corren y se esconden detrás de sus madres cuando me ven. Eso fue algo muy duro porque mis amigos comenzaron a tener hijos, luego mi hermano tuvo un bebé, y después tuve yo a Clayton. Fue entonces cuando no quería que nadie más huyera de mí», sentenció.