1. Dinero
Lo más común cuando tienes entre 18 y 22 años es que no tengas mucho dinero. Si estás estudiando siempre puedes ahorrar algo o pedir prestado a tu familia, pero cuando ya llevas unos cuantos años trabajando eres más independiente económicamente y puedes permitirte viajes mucho más completos y a destinos más lejanos.
2. Eliges mejor la compañía
No digo que con 20 años no sepas quiénes son tus amigos. Pero con el paso del tiempo aprendes a valorar a las personas que tienes a tu lado. Sabes con quién eres compatible y quién puede ser un gran compañero de viaje. Además es más frecuente tener una relación estable cuando pasas de los 26 (o eso me han dicho), por lo que puede que ya tengas a tu compañero o compañera de viaje ideal.
3. Eres más sabio
Durante tus años como estudiante aprenderás mucho. Pero en los primeros meses incorporándote al mercado laboral te vas a dar varias veces de cara con la realidad. Este tipo de experiencias te hacen más fuerte y más sabio. Estás más preparado para enfrentarte a cualquier tipo de situación, y afrontarás tu viaje con mucha más perspectiva.
4. Te conoces mejor a ti mismo
Además de manejarte mejor en el mundo que te rodea, has vivido más experiencias que te han hecho descubrir aspectos de ti que desconocías. Has madurado y ves las cosas de otra manera. Puede que antes vieses tus viajes como una diversión, pero ahora sabrás aprovecharlos para que además sean toda una experiencia.
5. Estás en edad de hacer cualquier tipo de viaje
Ya no tienes 18 años y te puedes permitir darte un lujo o un capricho de vez en cuando en tu viaje. Pero tampoco eres ningún abuelo. Sigues teniendo la edad perfecta para agarrar tu mochila y salir haciendo dedo.
Fuente: Upsocl