Alba Parejo es una joven de 16 años que vive en España y que nació con un extraño síndrome llamado «Nevus melanocítico», el cual provoca que su piel esté cubierta de lunares de grandes proporciones y de pelo. Debido a la alta concentración de melanina en su sistema, su piel se ha ido oscureciendo progresivamente en algunas zonas.
A lo largo de su vida se ha sometido a más de 30 cirugías para detener el crecimiento de sus lunares y de sus pelos.
Su autoestima se fue dañando mucho durante su crecimiento, ya que ella misma se sentía como un «monstruo» y además sus compañeros de escuela la molestaban llamándola «dálmata» o «alien».
Durante mucho tiempo vivió con mucho sufrimiento, hasta que decidió aceptarse. Para ello subió una serie de fotos suyas a su cuenta de Twitter, las cuales fueron retuiteadas más de 1000 veces, llenándola de mensajes de apoyo, lo que le sirvió para levantar su decaído autoestima.
Gracias al apoyo que recibió, Alba se animó a participar en un concurso que buscaba el rostro para un centro comercial de Barcelona, el cual ganó. De esta forma, su cuerpo y rostro comenzaron a aparecer en autobuses y periódicos locales.
“Tengo lunares en mis caderas, mi estómago, mis muslos y más de 500 por todo mi cuerpo. Al crecer, me di cuenta que la gente se quedaba viéndome por mi piel, lo que me hacía sentir horrible, me miraban como si fuera un monstruo. Algunas veces ellos reían y hacían horribles comentarios sobre mí aspecto, tales como ‘dalmata’ o ‘alien’, incluso hubo uno que me preguntó si había pintado mi cuerpo”.
“La peor cosa que he escuchado sobre mí fue alguien que me dijo que no mostrara más mi cuerpo, porque nadie quiere una novia deforme. Así que el año pasado decidí ser más abierta con mi condición y compartí fotografías de mi cuerpo en Twitter, pensando que sólo las verías mis amigos, pero me equivoqué”.
“Fui contactada por gente de todo el mundo, quienes me decían que los había ayudado a aceptarse y amarse por quienes realmente eran. Desde allí, gané una competencia para ser el rostro de un centro comercial, cuyas fotografías han sido exhibidas en lugares populares, cercanos a donde yo vivo”.
“Me siento muy feliz ahora, soy capaz de mostrar mi enfermedad y amo la reacción positiva que provoco en la gente. Ellos piensan que mi cuerpo es fantástico y los artistas lo adoran, lo ven como arte”, señaló la joven.
Tras 16 años de sufrimiento, hoy Alba es un ejemplo de aceptación «Amo cuando la gente me dice que cambié sus vidas para mejor, esa es la razón que me hace querer seguir exponiendo mi cuerpo. Quiero que las personas acepten que todos somos diferentes y que en esa diferencia, no todos tenemos cuerpos perfectos», sentenció.
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