La extrema necesidad generada por la profunda desigualdad de ingresos es la principal causa de la delincuencia en nuestra sociedad actual. Así lo demostró nuevamente el caso de María Cristina, que fue descubierta por el personal del establecimiento cuando intentaba llevarse unos productos sin pagarlos.
La policía la siguió para interrogarla. Ella, avergonzada, se encontraba con la mirada fija en el suelo.
Finalmente, y llorando de arrepentimiento, confesó que lo que motivó su acto fue la necesidad de alimentar a sus dos hermanos discapacitados, de los cuales ella es la única responsable.
Conmovidos por su historia, los oficiales decidieron dejarla en libertad e incluso (y para sorpresa de María Cristina) decidieron pagar por los alimentos que había sustraído: dos paquetes de fideos, uno de arroz, un puré de tomates y carne roja.