Tan pronto llegué a casa, le dije que «algo no andaba bien”.
“Tan pronto llegué a casa, le dije que algo no andaba bien,” le contó a Metro. «Fue después de eso que los dolores se hicieron más fuertes.»
Sin embargo nunca sospechó que se debía a estar embarazada.
“Nunca se me ocurrió. Sólo tenía 23 en ese tiempo– un bebé estaba lo más lejano posible en mi mente”.
Pero una enfermera le entregó la inesperada noticia: Abigail estaba en trabajo de parto.
“Estaba en shock,” dice. A pesar de que Abigail seguía teniendo su periodo, si experimentó algunos síntomas de embarazo. Había tenido dolores en su estómago e iba mucho al baño por las noches, pero su médico le había diagnosticado una infección urinaria.
“Habían alrededor de 15 doctores y enfermeras ahí, probablemente porque estaba borracha mientras daba a luz, y estaban preocupados”.
A la siguiente mañana tuvieron que realizar una cesárea, ya que tanto ella como su hija de ahora 4 meses, Isabella, estaban demasiado estresadas.
Obviamente Abigail debió llamar a su mamá y darle la notica. “Estaba impactada, todos lo estaban. Pero todos compraron regalos y han sido maravillosos”.
“Definitivamente no hubiese estado bebiendo si hubiese sabido que estaba embarazada. Me sentí muy culpable”.