Clare es una adolescente que no va al colegio, ya que sus padres la educan en casa. De todas formas, fue invitada a la fiesta de graduación que se realizaría en la iglesia en Richmont, Estados Unidos.
Una de las exigencias que la fiesta tenía era que el vestido de las mujeres debía llegar más abajo de las puntas de sus dedos con los brazos estirados, por lo que Clare hizo caso y con meses de anticipación se compró un hermoso vestido plateado que, justamente, le llegaba más abajo de sus dedos.
El día de la fiesta, la chica asistió emocionada con su novio, pero al llegar al lugar una de las organizadoras le señaló que el vestido no era el adecuado: «En el camino la señora D (una de las organizadoras) me detuvo y dijo: querida, ese vestido es muy corto. Yo le pregunté por la regla el largo y le mostré que mi vestido sí calzaba. Me respondió que me asegurara de que no subiera», contó Clare.
Pero al entrar a la fiesta, la misma señora se le volvió a acercar y le señaló que el vestido era muy corto y que sus pasos de baile eran muy provocativos y que la ‘mezcla’ de ambos «podría provocar pensamientos impuros en los hombres jóvenes».
Todo esto desencadenó en una pelea que involucró al novio de Clare y 5 amigos más, quienes fueron expulsados de la fiesta.
«La situación completa me hizo sentir atropellada, violada y aislada. Mi grupo de cinco amigos tuvo que dejar la fiesta porque yo destacaba, tenía piernas largas y estaba usando un vestido brillante. No lucía como la mayoría de las chicas de 13 o 15 años allí, lucía como una mujer. Y maldita sea, estoy tan cansada de las personas que abusan de su poder para hacer a las mujeres sentir violadas y avergonzadas porque tienen trasero, senos o piernas largas«, señaló la chica.
Clare y su novio aseguran que este episodio se trató de un hecho de machismo extremo y censura hacia el cuerpo femenino, ya que jamás estuvo bailando de forma «provocativa» y que, además, sus piernas son largas por lo que cualquier cosa en ella se ve más pequeña.