Entre los múltiples beneficios que otorga la actividad física, hay ciertas modalidades que, además, contribuyen a mejorar el rendimiento sexual, tanto en mujeres como en hombres. Cuáles son
Que el ejercicio físico trae beneficios para salud no es ninguna novedad. Para controlar la obesidad, para prevenir ciertas enfermedades o para disponer de un mejor estado de ánimo, la lista de provechos es muy amplia. Pero también, el entrenamiento cumple un papel importante en la vida sexual de las personas. El rendimiento «en la cama» puede incrementar o disminuir, de acuerdo al nivel y tipo de actividad que se elija.
Para la ciencia, el secreto del placer puede estar en la rutina de ejercicios que se adopte. Tanto que incluso las mujeres hasta pueden llegar al orgasmo al momento que practican. A continuación, las modalidades evaluadas y recomendadas por la comunidad científica.
Yoga
Es acaso el mejor ejercicio. La práctica milenaria es famosa por favorecer la elasticidad y el desarrollo muscular general. Recomendado para lograr un óptimo estado físico y mental, según una investigación publicada en la International Society for Sexual Medicine, el yoga otorga «energía sexual». Trabajando fundamentalmente la zona pélvica, los propulsores señalan que estimula el deseo y la satisfacción, y mejora la lubricación y las erecciones. Además, se gana en flexibilidad y resistencia.
Coregasm
Según un estudio de la Universidad de Indiana, ellas tienen la ventaja de sentir el placer sexual simplemente con solo entrenar. En un análisis que contempló a 370 mujeres, de entre 18 y 63 años, las especialistas descubrieron que el ejercicio ausente de fantasías puede llevar al orgasmo femenino, y el mismo no necesariamente debe ser provocado por un evento sexual.
«Los ejercicios más comunes asociados con el orgasmo, son los abdominales, bicicleta, yoga, levantamiento de pesas y senderismo», señaló una de las autoras del trabajo, Debby Herbenick, que junto a su colega Dennis Forenberry denominaron Coregasm a esta sensación exclusiva de las mujeres en la que pueden experimentar un orgasmo al realizar ejercicios en los que se involucren músculos abdominales.
Running
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Harvard (en base a 31.000 hombres mayores de 50 años) el running, al igual que caminar, disminuye hasta un 30% el riesgo de la disfunción eréctil, ya que activa la circulación sanguínea y favorece la irrigación de los órganos genitales, ya sea del pene o del clítoris.
Vóley
La práctica regular de vóley incrementa el flujo sanguíneo en el clítoris y mejora la función sexual femenina. A esta conclusión arribaron los expertos de la Universidad de Ankara, en Turquía, tras comparar 25 jugadoras de vóley de 20 a 45 años, sexualmente activas que entrenaron un mínimo de cuatro horas diarias, con mujeres sanas de la misma media de edad que limitaron su vida deportiva a dos horas semanales.
Halterofilia
El levantamiento de pesas también se incluye en la lista: hace que el cuerpo segregue endorfinas y aumente la producción de testosterona, que es el principal precursor de la conducta sexual masculina.
Natación
Especialistas de Harvard encontraron que los nadadores mayores de 60 años tienen vidas sexuales comparables a los de 40, en un trabajo realizado con 160 hombres y mujeres que practican el deporte. Los expertos afirman que con 30 minutos cada tres veces por semana se aumenta la resistencia sexual.
Kegel
Estos fueron creados por el doctor Arnold Kegel en la década del 40, ideados con la finalidad de controlar la incontinencia urinaria de la mujer después del parto. Posteriormente se descubrió que también pueden fomentar buenos resultados cuando se quiere alcanzar un mayor placer sexual durante las relaciones, ya que endurecen los músculos ubicados debajo del útero y hacen que sea mucho más fácil para las mujeres alcanzar un orgasmo.
Para realizarlos, lo único que hay que hacer es acostarse boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, luego, hay que apretar los músculos de la pelvis y después de 15 segundos, relajarlos. Los especialistas aconsejan que para tener mejores resultados, habría que hacer al menos 10 repeticiones de estos movimientos, mínimo dos veces a la semana.