Cada año son muchos los turistas que visitan los helados paisajes del Ártico ruso para maravillarse con las hermosas postales que ese lugar ofrece.
Sin embargo, este año un grupo de turistas fue testigo de cómo alrededor de 200 osos polares se devoraban una ballena en la orilla del agua. «Todos estábamos atónitos», señaló el director de la reserva natural de la isla Wrangel en el Extremo Oriente ruso, Alexandre Gruzdev.
Lo curioso de esta imagen es que el calentamiento global ha transformado el hábitat natural de los animales, por lo que la competencia por conseguir alimentos ha aumentado, haciendo que animales se acerquen a zonas habitadas.
La ballena arrastrada por las olas fue despedazada por varias familias de osos, incluidas dos madres y sus cuatro oseznos, algo que no es común de ver según explicó Gruzdev.
El cambio climático ha provocado el deshielo, lo que empuja a las poblaciones de osos a permanecer más tiempo en tierra firme, lo que a su vez es muy peligroso, ya que se acercan a zonas habitadas por humanos.
El deshielo ha causado que los osos pasen en tierra un mes más de lo que lo hacían hace 20 años atrás, según indicó Eric Regehr, especialista de la Universidad de Washington.
Durante el otoño, se observaron 589 osos, lo cual es un número «anormalmente alto» y más del doble de las estimaciones que habían de años anteriores.
El hecho de que los osos estén en tierra tanto tiempo puede traer conflictos con los humanos.
«La concentración de seres humanos y animales en la misma zona aumenta y hay conflictos», indicó Regehr.
«Son animales ingeniosos y capaces de adaptarse, pero el número de osos polares que tenemos en la actualidad en el Ártico no puede mantenerse en tierra al 100%», agregó.
Y es que el hecho de que los osos pasen más tiempo en la tierra responde al poco hielo que tienen para vivir en el mar y la poca cantidad de alimento que encuentran en él.