
Con el tiempo aprendí que mientras nuestros pies se adaptan a salir de los calcetines – que los protegen – y pasan al roce con los zapatos de verano, hay ciertas técnicas que podemos usar para que la transición sea lo menos dolorosa posible.
1. Poner vaselina sólida en nuestros pies. Este producto protegerá los talones del roce, haciendo que podamos caminar sin problemas. Ojo, no sirve en todo tipo de zapatos, ya que la vaselina mancha la tela. Es full recomendado cuando son zapatos de cuero, plástico o con aplicaciones metálicas.
2. Parche curita: Poner un parche en los lugares donde tienden a hacerse estas heridas, previene que los zapatos rocen nuestros pies en esas zonas complicadas. Ya no sólo existen en color piel, si no que también los hay transparentes, pensando justamente en nosotras.
3. Taloneras de silicona. Si el tema realmente te complica, en distintas tiendas ortopédicas puedes encontrarlas. Se pegan dentro del zapato y hacen que el roce sea con ellas y no con los bordes, evitando que se rompan nuestros talones.
Yo al menos con estos tres trucos he sobrevivido sin problemas, aunque siempre estoy abierta a leer otras opciones.
Vía: http://fucsia.cl