Claire Blaire es una joven que ha decidido contar su historia de transformación. Definitivamente se ha vuelto un ejemplo de superación personal. Ella tiene 22 años y vive en Los Ángeles, y pasó de ser una adicta a la comida chatarra a recuperar su salud y vitalidad.
Cuando todo comenzó, Claire pesaba 140 kilos. Sólo comía completos y pollo frito, o al menos era esa gran parte de su dieta. Hasta que un día pensó que no podía seguir viviendo así.
Un día mientras estaba comiendo uno de sus favoritos, cuando perdió el conocimiento de un minuto a otro. Fue entonces que supo que o cambiaba, o su vida no acabaría bien y podría sufrir un problema muy joven.
Primero, inició un tratamiento psicológico y se hizo un bypass gástrico para comenzar su cambio. Trató su adicción a la comida rápida. Y después de que logró un peso estable, se sometió a una abdominoplastía para quitar el exceso de piel y grasa en su cuerpo.
Tras ese primer paso, aún quedaba un largo camino. La cirugía no era la meta, sino saber que se mantendría fuerte, y que sentía bien para «volver a la normalidad». Así, puso como objetivo el pesar 63 kilos y tener una dieta de muchas proteínas y vegetales.
Se olvidó de las hamburguesas, los completos, pizzas y el pollo frito que tanto le gustaba. Comenzó a cocinarse ella misma y a cuidar lo que usaba.
No fue fácil. Claire debió conseguir ayuda profesional. Más allá del psicólogo, atendió a un centro de rehabilitación para tratar su adicción, además de la dieta, ejercicio y controles médicos que la acompañaron mientras perdía sus primeros 30 kilos.
Luego pasó algo común: tuvo una recaída. Quería volver a comer, tenía antojos, pero después de la cirugía y el estricto régimen que tuvo que hacer, supo que su estómago y su salud no soportarían volver a lo que fue. Menos con todo lo que ya había logrado.
En un periodo asombroso de tiempo perdió 70 kilos en total. Su meta no era ser delgada y parecer una modelo: era estar bien, no temer que se iba a desmayar comiendo, y que quizás podría poner en peligro su vida. Ha sido un largo camino, y debe seguir cuidándose mucho por un buen tiempo, junto con la terapia. Pero es un gran ejemplo de superación de que nuestra vida es corta, y comer es delicioso, pero como todo, debemos hacerlo conscientes del daño que causa en nuestro cuerpo.
¿Qué piensas de su transformación?