En el último tiempo se ha puesto muy «de moda» el hacer cuentas de Instagram dedicadas a mostrar el derroche y estilo de vida que llevan muchos niños ricos del mundo. Una de ellas es Julia Stakhiva, una socialité rusa de 23 años, quien hace poco salió en un programa de televisión inglés con algunas declaraciones que causaron risa y enojo en las redes.
La joven dice que ella es demasiado bonita para trabajar, por lo que pasa su vida de fiesta en fiesta, yendo a eventos y saliendo de compras.
Los padres de la rubia tienen una compañía de productos alimenticios que les ha dado una fortuna. De niña ella no comprendía lo que significaba que fueran millonarios.
«Nunca sentí que fuera especial. No podía entender por qué la gente me miraba, pero me di cuenta de que era porque tenía ropa y zapatos bonitos».
Hoy en día, Julia tiene prendas de diseñadores y carteras exclusivas, que en conjunto suman millones de dólares. Y todo lo que hace, y lo que posee, lo muestra en las redes sociales.
Ella sabe que tiene sus fanáticos, pero también hay quienes no aprueban su estilo de vida.
«Hay gente que me odia, que me culpa por ser rica, pero cómo pueden culparme si yo no elegí esta vida. Nací en ella».
Además de los eventos y el glamour, Julia estudia diseño de vestuario, y tiene claro que en el futuro deberá hacerse cargo de la empresa familiar.
«Soy hija única. Tengo que mantener lo que mi padre logró. Es mucha presión porque quieren que llegue a hacer más que ellos. Desean que sea bella, inteligente y educada».
En medio de sus declaraciones, Twitter comenzó a cuestionar a la joven, diciendo que era egoísta al mencionar la «carga» que tenía sobre sus hombros. Un comentario señaló que «Debe ser terrible, todas esas familias yendo a patios de comida y niños hambrientos y no saben la bendición que tienen».
Así continuaron las críticas hacia Julia, diciendo que ella no tenía una vida realista. Por su parte, ella siguió relatando que debía ir a Moscú 6 veces al año en jet para cortarse el cabello, como una de sus compromisos importantes, ya que no se acostumbraba mientras vivía en Londres.
«Cierran todo el lugar para mí, piden mi comida favorita y me traen champaña y a mis amigas les encanta seguir de fiesta en el salón».
¿Qué opinas tú sobre este personaje tan particular?