Es por todos sabido que decir “no” es bastante difícil, aunque necesario. Nos han educado para decir siempre “sí”, para estar ahí para los demás olvidándonos de nosotros mismos.
Un “no” nunca es bien recibido, un “no” siempre provocará que te miren mal.
Todo esto hace que tengamos que mentir, que cuando queremos negarnos a algo no lo hagamos por miedo a lo que pueda pensar el resto de las personas. Esto te hace sentir mal contigo mismo, pues no eres sincero.
No obstante, como todo en esta vida, aprender a decir “no” es una fase por la que tenemos que pasar al igual que tantas otras.
A medida que crecemos desmontamos diferentes creencias que nos han inculcado y que van en contra de nuestro amor propio.
Por eso, hoy descubriremos algunos tipos de “no” que deberías aprender a decir desde hoy mismo. Es el momento de decir “no” sin remordimientos y sin sentir culpa.
Siéntete libre para hacerlo cuando así lo desees de verdad.
1. El “no” que no admite dudas
Este es el tipo de negativa más conocida, el “no” que significa que de ninguna manera se llevará a cabo aquello que nos están preguntando, sugiriendo o pidiendo.
Seguro que conoces a varias personas que sabes que responderían con una negativa a ciertas cosas que les puedes pedir. Esto sucede porque va en contra de sus valores o creencias.
Tú también tienes derecho a decir este tipo de “no”. Es más, siempre deberías manifestarlo si alguien te intenta hacer daño o su objetivo es manipularte. Hay muchas personas tóxicas a tu alrededor que intentarán utilizarte como una marioneta.
Pero, esta negativa tan rotunda también nos ayuda a mostrarnos como personas seguras, que no tienen miedo al qué dirán, ni siquiera si a los demás les sentará bien o mal.
Si no quieres hacer algo, simplemente debes aprender a decir “no”. Parece fácil, ¿verdad?
2. El “no” negociador
Existe otro tipo de negativa mucho menos rotunda a la que vamos a denominar “negativa negociadora”, ya que con ella cedemos en ciertos aspectos, pero no en otros.
Imagina que te encuentras en una relación en la que la otra persona quiere formalizar, pero tú no te atreves. Este “no” puede venirte muy bien para pensar sobre ello y dejar una puerta abierta.
Ahora piensas de determinada manera pero, con el tiempo, tus opiniones y circunstancias pueden cambiar. Por eso, este tipo de negativa te permitirá darte la posibilidad de estar dispuesto a “intentar” algo con lo que no te encuentras muy seguro.
En este tipo de negativa es muy importante hablar sobre los límites y condiciones que debe haber para que no existan malentendidos. Ten esto muy en cuenta.
3. El “no” que necesita más tiempo
En ocasiones, no podemos dar una respuesta clara en el momento en el que nos formulan una pregunta, por eso aprender a expresar ese “no” que necesita más tiempo es una buena opción para no tomar decisiones precipitadas.
Este tipo de negativa te da tiempo para pensar la respuesta y después manifestarla seguro de ella. Nadie debe obligarte a dar una respuesta en el momento. Si quieres, puedes tomarte todo el tiempo que quieras.
Piensa, por ejemplo, en una situación importante con respecto al trabajo, y que te ofrecen un puesto en una nueva empresa. Debes pensar y sopesar los pros y los contras, para después dar una respuesta seguro de ti mismo.
No te puedes comprometer aquí y ahora, por eso esta negativa es ideal para ti.
¿Por qué seguimos teniendo tanto miedo a formular las negativas que queremos? Porque continuamos pensando siempre en los demás, en cómo recibirán nuestras palabras y eso no nos gusta.
No aceptamos la idea de ser rechazados. Queremos ser abiertos y flexibles pero, en ocasiones, esto no es posible. Nuestras circunstancias personales, nuestros compromisos y lo que realmente queremos deben estar siempre por delante.
No temas herir a nadie con tus negativas, ya que peor es herirlos con mentiras. Sé siempre sincero, pues solo de esta manera podrás establecer relaciones sanas con los demás, siempre basadas en la sinceridad y el respeto a ti mismo.