A pesar de que la vida cambia de forma constante y precipitada en todo aspecto, el ámbito amoroso es sin duda alguna el que desencadena mayores alteraciones a nivel personal, dependiendo de lo que se esté buscando. Mientras que un noviazgo nos enseña de tolerancia y respeto, una conquista temporal puede proveernos de perseverancia e incluso revelarnos de forma inédita lo que queremos y aquello que simplemente no toleraremos jamás.
Lo mismo ocurre con las necesidades y las prioridades, las cuales sufren sustanciales modificaciones cuando conocemos a alguien lo suficientemente especial, quien nos muestra las cosas que verdaderamente son importantes en la vida de un ser humano. Cuando se anda en busca de un romance fugaz, nos fijamos mayoritariamente en el aspecto físico y en el sentido del humor, mientras que cuando buscamos alguien con quien compartir nuestros días, la personalidad y la forma en cómo afrenta las adversidades suele ser lo más destacable.
Estas cinco circunstancias muestran las notorias diferencias que se producen en una relación de noviazgo y en una simple conquista de una noche.