Esperar demasiado de los demás en lugar de hacerte feliz te provoca todo lo contrario. Porque nunca podemos permitirnos esperar demasiado de alguien que no sabemos si mañana se convertirá en una persona totalmente diferente. Alguien que nos hará daño.
Vivimos rodeados de expectativas, muchas de ellas irreales. Cuando te ves sufriendo una decepción tras otra te das cuenta de que, tal vez, sea el momento de cambiar la forma en la que ves a los demás. Quizás dejar de esperar demasiado de ellos sea una buena alternativa.
Esperar demasiado te lleva a la decepción
Esperar lo que nunca va a llegar o lo que posiblemente no suceda nos lleva a sufrir la decepción. Piensa que no puedes esperar nada de nadie porque no los controlas y pueden cambiar en cualquier momento. ¿Sabes de quién deberías esperar algo? De ti mismo.
Por todo esto, queremos invitarte a conocer 4 formas que te pueden ayudar en tu transición para dejar de esperar demasiado de las demás personas. Esto te liberará y te permitirá soltar esa mochila de expectativas irreales en las que depositaste tu confianza. Es el momento de dejar de esperar y empezar a vivir.
1. Aprende a diferenciar las expectativas de la dependencia
Quizás no seas consciente de ello, pero en muchas ocasiones has responsabilizado a los demás de tu propia felicidad. Por eso, la forma en la que actúen influirá en tu estado emocional. Eres dependiente de los demás porque los has hecho responsables de una parte tuya que solo te compete a ti.
Es imposible ser feliz si continuamente dependes de los demás para sentirse bien. Aprender a soltar esas ataduras y dejar las expectativas a un lado te permitirá ver que la felicidad está en tus propias manos y que tú eres el único responsable de ella.
2. Acepta que no siempre recibirás lo mismo a cambio
Siempre nos han dicho que si damos no esperemos recibir nada a cambio, pero en nuestro interior queremos ser recompensados de alguna manera. Por eso esperamos que los demás actúen en consecuencia con lo que nosotros ofrecemos.
Esto tan solo te sumerge en una situación donde las expectativas vuelven a ocupar el primer lugar. Acepta a las demás personas tal y como son, no todas te corresponderán de la mejor manera y algunas ni lo harán. No te preocupes. Tú debes sentirte feliz por cómo has actuado, no por cómo te lo han agradecido.
3. Nunca idealices a una persona o una situación
Las expectativas vienen cargadas de situaciones ideales. Por ejemplo, en una relación de pareja podemos ver a la otra persona como alguien ideal y sin defectos, pero esto cambia con el paso del tiempo, provocando grandes decepciones.
Idealizar una circunstancia o a una persona evita que pienses en que todo puede cambiar y no de la mejor manera. Esto te dañará, te herirá, y no te darás cuenta de que has sido tú el culpable. No podemos controlar a nadie ni a nada, idealizar es creer en un sueño que nunca se hará realidad.
4. Todos tenemos defectos, hasta nosotros somos imperfectos
Quizás nunca le has dado la vuelta a la tortilla y te has planteado si alguien se ha visto decepcionado por ti. Tal vez alguien esperaba algo de ti, pero tú no cumpliste sus expectativas y esto le provocó una gran decepción.
Todos somos imperfectos, por eso debemos aceptarnos tal y como somos. ¿Qué tal si empezamos a aceptarnos en lugar de esperar ese “algo” que nunca llegará? De esta manera, si alguien actúa mal lo aceptarás porque no esperabas nada; en cambio, si actúa bien te llevarás una grata sorpresa.
Esperar demasiado de los demás nunca será positivo. Si te has cansado de las decepciones, de ver cómo las personas cambian de parecer de un momento a otro, de cómo se mueven en función de lo que les conviene, deja de esperar demasiado de ellas.
La única persona de la que debes esperar algo es de ti misma. Acepta a los demás, nunca te permitas depender de otros para ser feliz y libérate de cualquier atadura que te impida seguir tu camino. Deja de esperar y empieza a vivir de verdad.
Fuente: Mejorconsalud