FRASE 1
“Ese orgasmo ha sonado fingido”
No la acuses. Trata la cuestión lejos del dormitorio y de la forma más natural posible. Prueba a decirle: “Conmigo no tienes que fingir un orgasmo. Quiero que nuestra relación sea totalmente honesta”. Potenciarás el respeto mutuo, dentro y fuera de la cama.
FRASE 2
“Ahora no gracias, prefiero leer»
Tienes permiso para estar cansado, vale, pero mejor prueba con esto: “No puedo creerme que te esté diciendo esto, pero estoy demasiado cansado”. Luego pídele un aplazamiento (la mañana siguiente) y dile que entonces le darás todo lo que quiera. Es muy importante tranquilizarla de que no has perdido el interés.
FRASE 3
“Quiero probar algo raro contigo»
Ya la tienes con la mosca detrás de la oreja. Si le dices: “Sé que es raro, pero…”, lo más probable es que tu pareja se ponga a la defensiva. Un modo más inteligente: “Tengo curiosidad sobre el bondage. ¿A ti qué te parece?”. Iniciando una conversación en lugar de obligarla a decir sí o no le dará tiempo para pensar.
FRASE 4
“Disfrutaría más del sexo si te hicieras una prueba de enfermedades infecciosas»
El mensaje que ella oye es: “Sospecho que tienes una enfermedad infecciosa”. Y eso no es precisamente lo que más le pone. Así que dale un giro al guión diciéndole que quieres hacerte tú la prueba para su tranquilidad.
FRASE 5
“¿Se supone que esto me tiene que gustar?»
Díselo así y quedarás como un idiota. En vez de eso, demuéstrale que tú también quieres mejorar. Dile: “¿Qué es lo que te gustaría que te hiciera más, o menos, en la cama?”. Cuando te toque a ti contarle lo que te gusta o no, será todo oídos. Un truco: suelta la queja entre dos cumplidos y colará aún mejor.
Fuente: MH