1. Comprendes que está bien fallar
Dijiste que no a demasiadas cosas que podrían haber sido oportunidades de cambiar tu vida. Y todo porque tenías miedo. Una vez en tus veintitantos mirando al futuro, te das cuenta de que el fracaso es una parte crucial de crecer, de mejorar. El fracaso puede ser algo horrible de experimentar, es cierto, pero también es parte importante para llegar ser la persona que queremos ser.
2. El sexo se vuelve más satisfactorio
El sexo se vuelve bastante mejor después de los 25. En esta edad ya probablemente pasaste por una etapa de experimentación. Ya sabes lo que te gusta y lo que no, y también tienes dominados un par de buenos movimientos debajo de las sábanas.
3. Dejas de definirte por tus relaciones
Aprendes a estar feliz estando sol@. Ya no necesitas estar con otros para sentirte complet@. Pierdes de a poco esas inseguridades acerca de siempre necesitar a alguien para hacer otras cosas.
4. Te vuelves más inteligente con tu dinero
Era tan fácil a los 20 simplemente gastarte tu dinero en idioteces de Starbucks o en alcohol para el fin de semana… A medida que vas envejeciendo, comienzas a querer cosas diferentes, poniendo más atención con cada chaucha. Comienzas a examinar cómo estás gastando tu dinero, y qué puedes hacer con él para hacerlo durar.
5. Te das cuenta de que nadie tiene este tema de ser adulto completamente resuelto
Todo el mundo está tratando de encontrar su propio camino en la vida. Lo que crees que importa, probablemente no importa demasiado.