Para muchos, la cama es el mejor lugar para relajarse y descansar después de exhaustivas jornadas diarias. Recostarse un rato, hacer una siesta o dormir es algo que muchos soñamos hacer durante el día.
Sin embargo, ¿qué harías si supieras que estás en medio de una acumulación de hongos y bacterias? Bueno, es así. La cama acumula un sinfín de hongos, bacterias, tierra, sudor, fluidos e, incluso, restos de piel. Se sabe que perdemos unos 10 gramos de piel por día, los que van quedando acumulados en las sábanas y es ahí donde crecen los perturbadores ácaros.
A lo anterior, súmale que producimos 100 litros de sudor al año, lo que también va quedando día a día en nuestra ropa de cama.
El mal hábito de no limpiar el lugar donde duermes puede ser muy perjudicial para la salud. Así lo asegura Lisa Ackerley, doctora en higiene y experta de Dettol.
Bacterias y hongos como el pie de atleta, es muy común que ocurra mientras dormimos, ya que si tus pies o tu cama están sucios, el hongo puede proliferar y manifestarse no sólo en los pies, sino que en tus manos y dedos.
La experta recomienda lavar las sábanas a altas temperaturas y si lo haces con agua fría, utilizar un detergente que sea muy potente.
También recomienda que el cambio de sábanas sea cada una semana y como máximo cada dos. En tanto, el pijama o lo que uses para dormir, debe ser cambiado cada 3 días, ya que todo se va acumulando ahí.
Y por último recomienda que, si puedes, pases la aspiradora por la cama y así te aseguras de sacar los restos de comida, mugre u otras cosas que pueden haber ahí.