1. Muerte a bordo del Ourang Medan
En junio de 1947 un barco que navegaba por el estrecho de Malaca comenzó a enviar señales de socorro a los barcos que se encontraban por la zona. El mensaje decía: «Todos los oficiales, incluyendo el capitán, han muerto, están tumbados en la cubierta y el puente. Posiblemente toda la tripulación está muerta.» Tras una pausa el tripulante que transmitía el mensaje dijo: , «Me muero.»
Una buque estadounidense, el Silver Star, escuchó el mensaje y fue a investigar. Una vez a bordo descubrieron que todos los tripulantes del Ourang estaban muertos, todos con una expresión congelada de miedo extremo en sus rostros. Sus brazos estaban extendidos, como si trataran de apartar algo que se acercaba. Cuando el Silver Star remolcaba al Ourang a puerto, las cubiertas inferiores del barco fantasma empezaron a arder y el Silver Star tuvo el tiempo justo de soltar amarras antes de verse afectado por el fuego. Hoy en día nadie sabe que pudo pasar a bordo del SS Ourang Meden, o si lo saben, no quieren que los demás nos enteremos.
2. Una flor en la tumba de Caroline Walter
La tragedia golpeó Friburgo, Alemania, en 1867, cuando Caroline Walker murió a la temprana edad de 16 años víctima de la tuberculosis. Su hermana le encargó a un escultor una espeluznantemente precisa escultura de tamaño natural para su lápida que representaba a la propia Caroline durmiendo. Desde que murió, hace 148 años, todos los días aparece un ramo de flores frescas debajo del brazo de la escultura, tanto en inverno como en verano, con nieve o sin ella. Nadie sabe quien deja las flores.
3. Los niños Sodder
Durante la Nochebuena de 1945, un voraz incendio en el interior de su casa despertó a la familia Sodder. George y Jennie Sodder escaparon con cuatro de sus hijos, pero otros cinco se quedaron dentro de la casa en llamas, pese a los intentos de George por rescatarlos. Tras el incendio no se encontraron los cuerpos de los niños ni ningún tipo de resto oseo, algo muy extraño, ya que la casa ardió rápidamente y no habría dado tiempo a que los cuerpos de los niños hubieran quedado completamente incinerados. Hicieron pruebas con los cadáveres de diversos animales simulando un incendio parecido y siempre quedaban restos.
20 años después del terrible incendio, los Sodder recibieron por correo una fotografía en un sobre sin remite. Parecía ser la fotografía de uno de los niños que murió en el incendio, Louis, ya de adulto. En la parte posterior de la fotografía habían escrito un misterioso mensaje a mano: «Louis Sodder. Amo a mi hermano Frankie. Ilil. A90132 o 35.» Los Sodders volvieron a investigar de nuevo, pero fue en vano. Murieron sin saber lo que realmente pasó con sus hijos.
4. El crímen de Hinterkaifeck
Hinterkaifeck , una pequeña granja situada entre las ciudades bávaras de Ingolstadt y Schrobenhausen (a unos 70 km al norte de Munich), fue el escenario de uno de los crímenes más extraños y desconcertantes de la historia de Alemania. Durante la noche del 31 de marzo de 1922, los seis habitantes de la granja fueron asesinados con un azadón. El asesinato sigue sin resolverse hasta hoy.
Las seis víctimas fueron el agricultor Andreas Gruber (63) y su esposa Cäzilia (72); su hija viuda Viktoria Gabriel (35) y sus dos hijos, Cäzilia (7) y Josef (2); y la criada María Baumgartner (44). Se rumoreaba que Josef, el hijo de Viktoria era también hijo de su padre Andreas, con quien habría tenido una relación incestuosa.
Unos días antes del crimen, el agricultor Andreas Gruber dijo a los vecinos que había descubierto huellas en la nieve que iban desde el borde del bosque hasta la finca, pero ninguna de vuelta. Además, habían perdido un juego de llaves de la casa días antes de los asesinatos, pero no se informó a la policía.
Seis meses antes, la criada anterior había dejado la finca, alegando que estaba embrujada; la nueva criada, María Baumgartner, llegó a la finca el 31 de marzo, sólo unas horas antes de su muerte.
Exactamente lo que ocurrió el viernes por la noche no se puede saber con certeza. Se cree que la pareja de ancianos, así como su hija Viktoria y su hija Cäzilia, fueron de alguna manera atraídos al granero de uno en uno, donde fueron asesinados. A continuación en asesino entró en la casa donde mató al hijo de dos años de edad de Viktoria, Josef, que dormía en su cuna en la habitación de su madre, así como a la criada, María Baumgartner, en su dormitorio.
5. YOGTZE
Günther Stoll era un ingeniero que antes de su muerte en 1984, le dijo a su esposa que «ellos» estaban detrás de él. Su esposa nunca le hizo demasiado caso ni tenía interés por saber quienes eran «ellos». La noche de su muerte estaba con su esposa cuando de repente gritó: «Jetzt geht mir ein Licht auf!» («¡Ahora ya lo tengo!») Tras escribir YOGTZE en una silla subió a su coche y se fue.
Sobre las 3 de la madrugada de esa noche se encontró su cuerpo en su Volkswagen en una zanja al lado de la autopista. Estaba completamente desnudo. Lo más extraño es que la autopsia reveló que había sido herido antes del accidente y que había sido atropellado por otro vehículo en un lugar diferente. Su cuerpo lo habían puesto en el coche después de muerto. Una muerte con muchas preguntas, especialmente una, ¿qué significa «YOGUTZE»?
En 1982, un joven italiano, Benedetto Supino, estaba leyendo un libro de historietas en la consulta del dentista cuando, de repente, el libro estalló en llamas. Al igual que los héroes de sus cómics favoritos, parecía tener un poder especial. A diferencia de sus héroes, sin embargo, no podía parecer controlarlo. Sus sábanas ardían espontáneamente mientras dormía y dispositivos electrónicos como fusibles se estropeaban ante su presencia. Los científicos aún no tienen la menor idea de por qué ocurre este fenómeno.
7. Las extrañas muertes del Paso Diatlov
En 1959, nueve experimentados montañeros se disponían a escalar una montaña en los Urales, en Rusia, sin embargo todos murieron en circunstancias muy extrañas y sus cuerpos fueron encontrados dispuestos de una forma tan misteriosa que desconcertó a los investigadores. La tienda de campaña de los montañeros había sido rasgada desde el interior y se encontraron huellas de pies descalzos que se adentraban en el bosque, todo ello a -30ºC. En el bosque, se encontraron dos de los cuerpos en ropa interior.
El equipo de rescate encontró tres cadáveres más enterrados en la nieve en campo abierto. Dos meses después se encontraron otros cuatro cuerpos en un profundo barranco de 75 metros. Los cadáveres mostraban signos de lucha, teniendo dos de las víctimas los cráneos fracturados y dos costillas rotas, y a otra le faltaba parte de su rostro debido a la descomposición post mortem. El veredicto final fue que los miembros del equipo murieron a causa de una «desconocida fuerza irresistible». La investigación cesó oficialmente en mayo de 1959 debido a la «ausencia de culpabilidad de un grupo criminal». El sumario fue enviado a un archivo secreto, y las fotocopias del caso llegaron a estar disponibles sólo en la década de 1990, a falta de algunas piezas.
Con información de husmeandoporlared