Cuando nacemos, el ombligo deja de tener su función de alimentarnos gracias a nuestra madre. Todos tenemos un ombligo, una marca que se quedará toda la vida con nosotros y, aunque es poco es sabido sobre esta zona corporal, este tiene bastantes singularidades ¿Quieres saber cuáles son? No te pierdas lo que viene a continuación.
Ombligo: desde zona bacteriana a zona erógena
1. Es una zona de bacterias.
Científicos estadounidenses confirman que el ombligo contiene más de mil tipos de bacterias distintos.
Estas no tienen por qué resultar problemáticas, a menos que nos hiriésemos. ¡Quién iba a decir que en un lugar tan pequeño habría tanta vida!
2. Su forma cambia
El ombligo modifica su presencia cuando se está embarazada. El vientre se expande y esta zona se mueve hacia afuera, en cambio, cuando acaba este periodo vuelve a su estado normal.
3. Pocas personas tienen el ombligo hacia afuera.
La mayoría de los individuos tienen el ombligo hundido.
Sin embargo, el 4% de las personas del mundo tienen el ombligo salido por su naturaleza.
4. La dichosa pelusa
Según el científico Karl Kruszelnicki, destaca que las pelusas que tengas en tu ombligo dependerá del vello que tengas (a más vello, más pelusa, debido al roce de este con las fibras de tu ropa) y del color de las prendas que utilices. Además, la revista New Scientist publicó un estudio que confirma que la ropa nueva crea más pelusa que la más antigua.
5. ¡Ojo! Zona erógena
En muchas mujeres, el hecho de que jueguen con su ombligo, es un acto placentero y puede llegar a considerarse erótico.
Algunas de las prácticas más usuales, es colocar un hielo en el ombligo para conseguir placer.
6. ¿No te gusta? Puede modificarse con cirugía plástica
Si no eres feliz con el ombligo que tienes, tu cirujano plástico puede hacerle un apaño con una umbilicoplastia, una cirugía a la que, normalmente, se someten mujeres, concretamente el 92% de la población femenina. Lo que más solicitan es cambiar el ombligo salido por uno más hundido.
7. El piercing en el ombligo… No muy recomendable
Hacerse un piercing en el ombligo no es una buena idea. El problema es que tardan demasiado en curarse después de hacérselos, una media de 9 meses, lo que hace que puedan producirse muchas infecciones.