Hay un fascinante vínculo entre los genios y el comportamiento excéntrico.
Einstein recogía las colillas de cigarrillos de la calle y usaba el tabaco para su pipa; Benjamín Franklin se sentaba desnudo frente a una ventana cada mañana y dejaba que el aire circulara por su cuerpo. Lo llamó un “baño de aire”.
Su excentricidad no es completamente sin explicación; hay beneficios mentales detrás de parte de su locura. Aquí hay ocho hábitos peculiares de los genios que te harán más inteligente:
1. Hacer el amor. Mucho.
Emilie du Châtelet no fue reconocida por su trabajo científico pionero a principios del siglo XVIII, pero fue notoria por su vida sexual activa. Esta última puede haber sido responsable de lo primero; los investigadores de la Universidad de Konkuk en Seúl señalaron que la actividad sexual mejora la función cognitiva y promueve la neurogénesis (la producción de nuevas neuronas) a través de la supresión del estrés crónico.
Si necesitas otra razón para tener más sexo, eres bienvenido.
2. Rodéate de oro de 24 quilates.
Todas las noches, el Dr. Yoshiko Nakamatsu, quien patentó más de 3,300 inventos, incluyendo el disquete, se retiraría a su “Habitación de Calma”—un cuarto de baño revestido en oro de 24 quilates. Explicó: “El oro bloquea las ondas de radio y las señales de televisión que son perjudiciales para la imaginación”.
Dio con el gordo. Si bien el vínculo entre las ondas de radio y el cáncer todavía se debate, los efectos cognitivos de una sobreexposición son innegables. Probablemente no puedas rodearse de oro de 24 quilates, pero puedes alejarse del “smog” de las ondas de radio en las que vivimos: computadoras, Wi-fi, teléfonos celulares y auriculares Bluetooth.
Para aumentar tu rendimiento mental, dale a tu mente un respiro del zumbido tecnológico tomando un paseo en la naturaleza o meditar. Programa el tiempo diario para desconectarte y recargarte mentalmente.
3. El factor de enfriamiento.
Benjamin Franklin iba a nadar todos los días en el frío río Támesis de Londres; Theodore Roosevelt se bañaba desnudo cada invierno en las aguas frías del río Potomac en Washington, DC.
Estar sumergido en agua de diversas temperaturas para obtener beneficios físicos y mentales es una práctica antigua. El sabio griego Hipócrates dijo que la terapia del agua “alivia la lasitud” (debilidad física o mental).
Cuando tomas una ducha fría o nadas, el choque hace que tu sangre se mueva al centro de tu cuerpo, y baña tu cerebro y órganos vitales en sangre fresca.
Termina tus duchas con la temperatura lo más fría posible para dar a tu cerebro un impulso vigorizante. Si eres valiente, puedes probar un baño de hielo.
4. No condimentes tu comida. Todavía.
Thomas Edison tuvo un riguroso proceso de entrevista para cualquier potencial empleado. Además de exigir que estuvieran bien versados en temas aleatorios, Edison les aplicaba “La Prueba dela Sal”. Les invitaba a tomar un plato de sopa, pero cualquiera que agregara sal sin antes probar la sopa fallaba en la prueba. La salazón antes de la degustación era un claro signo de tomar decisiones basadas en suposiciones infundadas.
Las mentes inteligentes son mentes críticas. Nunca saltes sin probar el agua; O en este caso, probar la sopa.
5. Una huelga de hambre.
Pitágoras, el antiguo filósofo y matemático griego, sistemáticamente pasaba hambre durante periodos de 40 días. Enseñó a sus discípulos su estricto ayuno sólo de agua creyendo que impulsaba la percepción mental y la creatividad.
Estudios modernos han demostrado que el ayuno aumenta tu Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), que ayuda en el funcionamiento de la memoria y puede estimular el crecimiento de nuevas neuronas. El estrés agudo causado por el ayuno también hace que el cerebro libere endorfinas, lo que conduce a sensaciones de bienestar y euforia.
Dos formas populares de ayuno son: 1) ayuno intermitente, también conocido como ayuno alternado. Aquí es donde se abstienen de comer cada tercer día durante un período de tiempo. 2) Restricción calórica: consumir 30-40 por ciento menos calorías de lo habitual cada día durante un período prolongado de tiempo.
6. Llórame un río.
Si quieres ser tan creativo como Steve Jobs, empieza a dejar que tus lágrimas fluyan. La biografía autorizada de Jobs revela que lloraba incesantemente cuando estaba frustrado y no lograba su cometido, pero también lágrimas de felicidad cuando tuvo experiencias que describió como “pureza de espíritu”.
El llanto reduce el estrés. Las lágrimas eliminan las hormonas que causan estrés y reducen los niveles de manganeso, lo cual regula tu estado de ánimo. La liberación emocional del llanto también conduce a un equilibrio mental; una sensación de calma después de la tormenta.
En lugar de suprimir la ola de emociones que desencadena las lágrimas, deja que fluyan. La catarsis conducirá a una claridad mental.
7. Sé un desertor.
Ser un desertor no significa que desprecies la educación, sino que tienes sed de conocimiento que se ve obstaculizado porque tus metas no se alinean con tu institución.
La lista de deserciones significativas incluye a Bill Gates, Mark Zuckerberg y la multimillonaria más joven, Elizabeth Holmes. Todos ellos revelan tres lecciones clave: 1) ser autodidacta (aprender por tu cuenta); 2) identificar patrones y hacer predicciones exitosas; 3) tomar decisiones audaces.
Es un gran riesgo abandonar cualquier compromiso, no sólo la universidad. Ser un desertor exitoso significa que estás entrenando constantemente tu mente para buscar patrones; para ver la trayectoria de múltiples caminos, y cambiando al que mejor se alinea con tus metas.
8. No te apresures a anotarlo.
La serie de Harry Potter de mil millones de dólares de J.K. Rowling vino a ella mientras iba sentada en un tren; ella estaba demasiado avergonzada como para pedirle a alguien una pluma, así que dejó que su mente divagara durante horas. En vez de sacar conclusiones prematuras sobre sus personajes, le dio a sus ideas tiempo para marinar, desarrollarse y evolucionar.
Ella involuntariamente involucró a su mente en la etapa creativa llamada “incubación”. Es cuando tu mente inconsciente sintetiza toda la información que encontró a través de tu trabajo consciente. El desapego mental y el “vagar sin sentido” permiten que todo tu conocimiento marine, llevando al momento de “bombilla”.
Deje que tus ideas se desarrollen antes de tomar cualquier acción importante o tomar cualquier decisión final.