Puede tratarse del tipo con el que siempre quisiste terminar envuelta entre las sábanas, podría ser un amor platónico o, por qué no, el actor más famoso de tu país… Los encuentros sexuales no tienen limitantes y, en un mundo donde -bien lo sabemos- nada es imposible, las posibilidades son sencillamente infinitas. Ahora bien, aunque leerlo podría ser lamentable para algunas mujeres, es cierto que el atractivo físico y/o
Las cosas tienen que fluir, por eso es clave que ambos estén conectados y el ritmo en ese sentido juega un papel fundamental. Nada peor que un hombre con gran energía y capacidad aeróbica, pero que no lleva el ritmo. Está ahí, poniéndole todo la intención del mundo, sin embargo, pareciera que está convulsionando.
Estas son las 8 cosas que podrían matar las pasionesincluso de las mujeres más pacientes del mundo.
Hombres, tomen nota.
1. Olor a axila
Nada más curioso que los olores: no se ven, no se tocan, ni se escuchan… Pero poseen la increíble capacidad de botarte de la cama y mandarte corriendo por las escaleras en dirección contraria a su fuente de origen. Estás ahí, desvistiéndote, y cuando te acercas demasiado a su cuerpo, lo sientes: no hace falta que lo describa. Tú sólo corre por el bien de tu salud mental.
2. Nada más que calcetines
Él puede tener un gran cuerpo y vestirse con mucho estilo, pero cuando se están yendo a la cama, es preferible que las calcetas no sean lo único que queden cubriendo su cuerpo. Es algo estético, sin duda, pero la estética muchas veces marca demasiado la diferencia. Y ojo, si además de todo esto, sus calcetines son de nylon, entonces el deseo podría apaciguarse por completo.
3. Los que hablan hasta por las orejas
“¿Te gusta?” y “¿Estás disfrutando?”, son frases que podrían funcionar. Sin embargo, cuando se repiten demasiado pueden arruinar las cosas con insospechada rapidez. “¡Que por favor se calle este idiota!”
4. Un desafortunado gas
Cuando te toca el mal del gas… Es simple… No hay vuelta atrás.
5. Los arrítmicos
Las cosas tienen que fluir, por eso es clave que ambos estén conectados y el ritmo en ese sentido juega un papel fundamental. Nada peor que un hombre con gran energía y capacidad aeróbica, pero que no lleva el ritmo. Está ahí, poniéndole todo la intención del mundo, sin embargo, pareciera que está convulsionando.
6. Cuando se equivocan de nombre
Se miran a los ojos bajo las sábanas, él toca tu nariz con la suya y en medio de una ardiente noche de pasión, abre la boca y te dice: Romina… Pero tu nombre es Claudia.
7. Los que se emborracharon demasiado
No cabe duda que el alcohol puede facilitar las cosas e incluso darle un toque mágico a la noche, sin embargo, es un arma de doble filo. Cuando lo ves balbuceando incoherencias en medio de la cama, con el pene flácido y olor a cantina, ya nada tiene mucho sentido.
8. Cuando acaban demasiado rápido
Y, ¿eso fue todo?