La granada es una fruta deliciosa, con un moderado contenido de calorías y un elevado aporte de agua, que alcanza hasta el 80% de su peso.
Por ser tan ligera, se ha recomendado para todo tipo de dietas, incluyendo la de aquellos que están tratando de perder peso de una forma saludable.
Y es que, desde el punto nutricional, nos encontramos con una fuente natural de vitaminas C y B2, minerales y poderosos antioxidantes como los betacarotenos.
También cabe destacar que contiene una buena cantidad de fibra, la cual varía según la manera en cómo se consuma. Esto quiere decir que es más conveniente comerla de forma directa que prepararla en zumo.
En cualquier caso, existen muchas razones por las que todos deberían empezar a disfrutar con más frecuencia esta exquisita fruta. A continuación vamos a compartir esos 8 increíbles beneficios que se pueden obtener por comerla.
1. La granada aporta antioxidantes
Las semillas de granada son ricas en compuestos antioxidantes cuya acción en el organismo previene y frena los efectos nocivos que causan los radicales libres del ambiente.
Su consumo regular es una forma deliciosa de evitar el envejecimiento prematuro y enfermedades crónicas asociadas al deterioro celular.
De hecho, se dice que llega a ser más saludable que el vino tinto y el té verde.
2. Controla la presión arterial
La granada es una gran aliada del sistema cardiovascular. Sus antioxidantes participan en el control de la presión arterial alta, dado que estimulan el flujo sanguíneo para que se transporte sin inconvenientes.
Esto, a su vez, beneficia otras partes del cuerpo, ya que previene la formación de trombos, venas varices y otras afecciones circulatorias.
3. Limpia las arterias
Sus efectos a nivel sanguíneo también ayudan a evitar la oxidación del colesterol en las paredes arteriales.
Su ingesta resulta muy buena para los pacientes con niveles de colesterol y triglicéridos altos porque facilita su expulsión para evitar patologías crónicas como la aterosclerosis.
4. Combate las enfermedades respiratorias
Su vitamina C y sus propiedades antiinflamatorias la convierten en un excelente remedio para las enfermedades que afectan al sistema respiratorio.
Está recomendada como complemento al tratamiento del asma, la bronquitiso trastornos comunes como la gripe y el resfriado.
5. Depura los riñones
Las semillas de granada son perfectas para depurar los riñones o equilibrar los líquidos del organismo. Sus antioxidantes y acción depurativa contribuyen a expulsar el exceso de sales y de sustancias tóxicas a través de la orina.
Su aporte significativo de potasio ayuda a mantener un equilibrio hidrosalino en el cuerpo y previene los trastornos asociados a la deshidratación.
6. Mejora la salud de la piel
Tanto el consumo de granada como su aplicación en mascarilla son útiles para mejorar la salud de la piel. Su aporte de hierro estimula la oxigenación de las células y promueve la renovación de los tejidos. Su jugo prolonga la vida útil de los fibroblastos, células encargadas de mantenerla elástica y firme.
Por su parte, los betacarotenos inhiben el daño oxidativo causado por los radicales y previenen signos de la edad como manchas y arrugas finas.
7. Tiene acción anticancerígena
Dada su riqueza en sustancias antioxidantes, no es de extrañar que ingerirla también tenga efectos positivos en la prevención y tratamiento de varios tipos de cánceres.
En concreto, ha demostrado ser efectiva contra el cáncer de mama, al parecer por el efecto antiproliferativo que tiene gracias a su contenido de ácido elágico. Esta sustancia tendría la capacidad de inhibir una enzima llamada aromatasa, que convierte los andrógenos en estrógenos.
En este proceso la aromatasa participa en la carcinogénesis de la mama y, por lo tanto, las propiedades anticancerígenas de esta fruta resultan útiles.
Por otro lado, la Asociación Estadounidense de Urología sugiere que también es efectiva contra el cáncer de próstata, debido a sus compuestos vegetales.
8. Combate la anemia
Su riqueza en hierro apoya la producción de glóbulos rojos y contribuye a mejorar la salud de los pacientes con anemia.
La ingesta de por lo menos una porción al día contribuye a controlar síntomas comunes como la fatiga, los mareos y la dificultad para alcanzar concentración.
Todas estas bondades son razones más que suficientes para no dudar en incluirla con más frecuencia en la dieta.
Aunque lo más recomendado es comerla por sí sola, también se puede aprovechar en jugos, extracto, infusiones, entre otros. ¡Disfrútala!
Fuente: Mejorconsalud