El gimnasio no es para todo el mundo: los métodos de adelgazamiento tradicionales no son efectivos en todas las personas. Hay un elemento crucial a la hora de realizar actividad física y es el placer. Si no genera placer, será insostenible en el tiempo.
Eda Marbury parece haber tenido esto en claro cuando hace dos años atrás, al pesar más de 150 kilos, se anotó a unas clases de Pole-Dance: «La primera vez que entré en la clase de pole-dance pesaba 150 kilos y la habitación entera estaba cubierta de espejos. Fue todo un shock. Tenía miedo de que la gente se riera de mí, pero una vez que me animé y comencé a ver los cambios, mi confianza mejoró».
Y mejoró tanto que en la actualidad, Eda Marbury afirma que esta disciplina generó un cambio positivo en su vida en general: “El pole dance ha cambiado mi vida para mejor. Repercute en mi rutina, en mi matrimonio… Soy más feliz».
Eda, además, recibió una buena acogida de sus videos publicados en Youtube y hasta piensa participar en concursos para poner a prueba sus habilidades.