Fueron los oficinistas de Santiago Centro los que se tomaron la libertad de detener a un delincuente, sin embargo la forma no es algo que uno recomiende, ya que no contentos con darle un par de paipazos, lo desnudaron, lo amarraron a un poste y lo envolvieron en plástico. Estas imágenes muestran que la mezcla entre descontento social y delincuencia pueden terminar en ser una mala combinación, ya que una cosa es hacer cumplir la justicia y otra, muy distinta, es tomar la justicia y desvirtuarla hasta crear un tipo de condenas express que, independiente del delito que haya cometido alguien, no vienen al caso.
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