ESTA es la casa de los horrores australiana donde una asesina británica masacró a un adolescente autista como parte de su retorcida «lista de deseos». Jemma Lilley, de 26 años, estranguló y apuñaló a Aaron Pajich, de 18 años, y luego enterró su cuerpo debajo de losas en el jardín trasero.
Como muestran estas escalofriantes imágenes, la policía encontró un juego de cuchillos completo con una sierra para huesos, uno de los cuales pudo haber sido utilizado para apuñalar a Pajich. La sala está decorada con pósters de películas de terror y un muñeco Chucky. El cuadrado faltante de la alfombra en el piso puede ser donde Pajich fue asesinado antes de que su asesino lo quitara para esconder evidencia. Otra foto muestra lo que se ha descrito como una habitación «secreta» con paredes cubiertas con lonas azules y plástico negro.
Dentro había un carrito de compras cortado hasta su base, con lo que parecía ser cabello humano alrededor de una de las ruedas, y posibles manchas de sangre. En el garaje había una olla con lo que parecía ser carne sumergida en ácido en un supuesto experimento para derretir carne. Las imágenes de CCTV del día anterior muestran que el par compró cientos de litros de ácido clorhídrico para disolver partes del cuerpo y concreto para cubrir una tumba poco profunda. Debajo de una losa de baldosas recién colocada en la parte posterior del jardín, la policía encontró el cuerpo completamente vestido de Pajich envuelto en una sábana blanca con una película adhesiva cubriendo su rostro.
Una autopsia encontró heridas de cuchilloen sus manos, consistentes con un intento de luchar contra su atacante. Lilley envió mensajes de texto a Lenon describiendo su euforia posterior al asesinato poco después de matar a Pajich. «Estoy viendo cosas que no había visto antes. Siento cosas que no había sentido antes. Es increíblemente empoderador. Gracias», escribió Lilley. La familia de Pajich lo denunció como persona desaparecida y las investigaciones policiales descubrieron a Lenon como la última persona en llamarlo por teléfono la mañana de su desaparición.
Lilley, que organizó y llevó a cabo el asesinato, lo vio como una fantasía glamorosa con ella como una estrella asesina en serie. Trabajaba en un supermercado de manera normal, pero tenía obsesiones secretas por la asfixia, castración, alimentación forzada y azotes. Lilley creció en Inglaterra y, como reveló su ex madrastra Nina Lilley, era una niña extraña obsesionada con los asesinos en serie y el asesinato.
Unas mentes perturbadas que cobraron una vida inocente.
Fuente: Dailymail