Asesinó y devoró a su compañera de universidad. Su macabro crimen lo convirtió en estrella en Japón

Un vacío legal lo dejó en libertad.

Asesinó y devoró a su compañera de universidad. Su macabro crimen lo convirtió en estrella en Japón

Autor: Francisco Armanet

El 11 de Junio de 1981, Renée Hartevelt aceptó visitar el apartamento de su compañero del doctorado, Issei Sagawa. Ella era holandesa y él japonés, pero estudiaban en París, Francia, y los unía su condición de extranjeros y su amor por la poesía. La joven era tan hermosa como inteligente, hablaba cuatro idiomas y tenía muy claro lo que quería en la vida.

Sagawa se le declaró mientras traducían un libro de poesía y la joven la rechazó – según él mismo – amablemente, pero a su petición, dulcemente, aceptó leer unos párrafos de poesía en voz alta.

Mientras ella leía, él rodeó la mesa, sacó su escopeta calibre .22 y le disparó en la nuca.

Renée murió instantáneamente y esa es literalmente la parte más reconfortante de esta historia.

Issei Sagawa pasó los siguientes 2 días haciendo terribles cosas al cadáver, incluyendo masturbarse con diferentes partes y, lo que le hizo más infame, destrozarlo para cocinar diferentes partes, empezando con los gluteos.

Describió el sabor de la carne humana como similar a la del atún crudo.

Finalmente el 13 de Junio decidió deshacerse de lo que no comería y lo metió toscamente en una maleta, envuelto en bolsas plásticas. Tomó un taxi hasta un parque en las afueras de París, el Bois de Boulogne, donde pretendía tirar la maleta a un río. 

La cantidad de personas le pusieron nervioso y acabó dejándola caer en el pasto.

La policía francesa llegó a su apartamento dos días después (existe una versión de que la policía lo habría atrapado en el acto, pero la fecha oficial de su arresto es el 15 de Junio de 1981). No opuso resistencia alguna y relató su crimen con detalles que hicieron a algunos de los oficiales tener que abandonar la interrogación.

Su abogado apeló demencia y, gracias al dinero y la reputación de su familia, después de sólo dos años en prisión preventiva, Issei Sagawa fue considerado incapaz de responsabilizarse por sus crímenes y condenado a una larga estadía en el hospital psiquiátrico Paul Giraud. 

Sin embargo, 2 años después, Sagawa presentó los síntomas de una encefalitis grave. Akira Sagawa, su padre, usó todo su poder político y económico para conseguir la extradición de su hijo a Japón, en toda apariencia a pasar sus últimos días.

Por supuesto que el hombre no sufría ninguna enfermedad y apenas llegó a Japón, fue liberado, habiendo cumplido su condena según la corte francesa, sin ningún crimen cometido en su país, donde además no podía tocarlo la jurisdicción holandesa.

A pesar de que se intentó recluirlo nuevamente en un psiquiátrico, los médicos debieron admitir que estaba en posesión de todas sus facultades mentales.

El 12 de Agosto de 1986, después de sólo cinco años de “reclusión”, Issei Sagawa salió del hospital como un hombre libre.

Pero aún quedaban horrores por descubrir:

A pesar del horror popular por la liberación de este asesino, Sagawa se encontró en la extraña posición de haber cometido un crimen y poder admitirlo en total libertad. 

Con ayuda de un autor publicó su versión de los hechos en una novela titulada En La Niebla, además de varios textos, incluyendo columnas de opinión sobre famosos asesinatos y – aunque parezca increíble – críticas culinarias. Comenzó a salir en programas de televisión.

En 1992 hasta apareció en una película gore como un voyeur sado-sexual. Desde entonces también ha aparecido en películas pornográficas y documentales.

Sus padres murieron el año 2005 y, según él, no recibió ningún tipo de herencia. Vive de vender entrevistas, autógrafos y artículos, además de ofrecer su compañía a personas que quieren, por alguna razón más allá de mi comprensión, sentarse a comer o tomar té con un caníbal.

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