Kat Kley y Michael Malone pueden ganar el premio a los novios más hipsters de todos los tiempos. La pareja, de 30 y 27 años respectivamente, realizó su sueño de tener una boda lo más natural posible, con la mayoría de sus detalles hechos a mano y por ellos mismos. Nunca pensaron que el resultado se volvería completamente viral.
El estilo que eligieron iba en concordancia con el escenario de la boda: la naturaleza. Ya que lo harían en un terreno rodeado de árboles, quisieron complementar la decoración y escenografía del lugar, de manera que fuese austera pero original al mismo tiempo, y que no invadiera a los árboles y plantas que los rodeaban y que le daban ese toque mágico.
Mezclaron esta idea con algunos elementos vintage. Tal como todo lo hipster, intenta alejarse del patrón tradicional o lo «popular» por hacer. Así, termina siendo una mezcla de detalles que, aunque estén totalmente calculados, dan un aspecto más relajado y descuidado.
Por opción de los novios, y por su estilo de vida, el cocktail y toda la comida de la boda era orgánica. Ellos prefirieron no preocuparse y poner mesas con bocadillos para que todos probaran a su gusto. Y arriba tenían unas interesantes decoraciones de musgo.
El ramo de flores fue elegido y armado por la novia, Kat, quien también se encargó que hacer la torta para la ocasión. Por otra parte, Michael sabía de preparación de cerveza y decidió hacer litros de su propia receta casera para que todos bebieran en la fiesta.
Para ejecutar la ceremonia, tenían una pérgola de madera hecha a mano, decorada con flores silvestres y piedras. Este espacio se mezclaba completamente entre el entorno, lleno de bellos árboles.
Para llevar los anillos encontraron un original envase: un recipiente antiguo de tabaco para pipas de metal resultó ser el espacio ideal para ellos.
El contraste con el hermoso paisaje que siempre los envolvió fue uno de los elementos clave. Y no podía faltar la identificación hipster: la barba del novio (y del padrino).
Para evitarse problemas, pusieron una antigua maleta que tenían y la decoraron de manera que encajara con el estilo del matrimonio. Ahí pusieron el cartel que avisaba que ese era el lugar para poner tarjetas de felicitaciones, los regalos y cámaras si es que no querían cargarlas. ¡Qué original!
Por supuesto, en la pérgola decidieron plasmar sus iniciales para personalizar el espacio. Es un detalle cursi, pero que no pasa de moda, en especial para conmemorar un día tan especial.
Alice McCall es la diseñadora que creó el vestido de Kat, que era simple pero con un toque original, lleno de agujeros asimétricos, que no le restaban elegancia.
La salida de los novios fue con pétalos de flores secas. Algo que sí se ha visto antes, pero que nunca falla y encajaba perfecto con todo el resto de la decoración y estilo que habían impreso en su fiesta.