La historia de Victoire Maçon Dauxerre no es nueva: hace unos años que la joven francesa escribió un libro y comentó a los medios acerca de la anorexia, la industria de la moda y de su particular dieta de comer 3 semanas al día por 8 meses enteros. Y su vida cambió drásticamente sin previo aviso.
A sus 18 años, Victoire salió a comprar con su madre para descansar del intenso estudio para los exámenes finales. Fue desde ese momento que algo hizo que su vida cambiara por completo.
Ella tenía el sueño de estudiar Ciencias Políticas, pero una agencia de modelos la descubrió ese día, y ella decidió probar suerte. La sedujo el glamour del mundo de la moda y decidió seguir, consiguiendo un contrado en Elite. Para algunas podría ser un sueño hecho realidad, pero para la joven se transformó en su peor pesadilla.
De un día a otro, la adolescente descubrió los duros estándares de delgadez que se exigían «en los bastidores». En especial lo vio retratado en una ocasión: «Nadie me había dicho que tenía que perder peso. Pero sí que me dijeron: en septiembre vas al Fashion Week, la ropa es 32-34. Tiene que entrarte».
No fue necesario que le dijeran más: Victoire comenzó a literalmente matarse de hambre. Su objetivo era perder 10 kilos en un mes, así que empezó un extremo régimen de rres manzanas al día como tope, además de beber agua con gas para sentirse llena.
Una vez a la semana come pollo o pescado, pero nada más. Así, comienza su historia con la anorexia, lo que empezó a reflejarse en otros problemas. Ella misma recuerda que «Tenía muy débil el pulso, estaba perdiendo cabello, tenía osteoporosis y no me venía la regla». Incluso sufría frecuentes desmayos.
Fue tal la delgadez, que editaban sus imágenes para añadirle grasa a sus muslos, mejillas y otras partes de su cuerpo. Al mismo tiempo, vivía en una contradicción de que sus compañeras de trabajo no revelarían la verdad sobre esto, para poder mantenerse en la industria del modelaje.
La joven también confesó que ella y las otras modelos comían algún refrigerio frente a los periodistas para aparentar, «y luego van a vomitar cuando las cámaras se apagan». Y mientras fue creciendo en esta industria, Victoire se perdió a sí misma.
Seguía cayendo en un espiral de depresión cuando siente que la única salida efectiva sería el suicidio. Pero quienes la rodeaban no lo entendían pues pensaban que ella tenía la vida perfecta. Y así comenzó la bulimia.
Fue cuando esto ocurrió que la muchacha por fin decidió cortar con el modelaje. Era su única vía para dejar los malos hábitos y volver a tener ganas de vivir. Así que a sus 23 años publicó un libro, Nunca lo suficientemente delgada, revelando todos los detalles macabros que hay detrás de una industria llena de apariencias.
Cuando se publicó el libro se generó gran polémica al verse involucradas grandes marcas como Chanel, entre otras. Pero tenía que contar cómo se deshumanizaban las mujeres, siendo apenas percheros o maniquíes en los cuales mostrar la ropa. Su historia fue una de las que inspiró la nueva legislación de Francia acerca de las regulaciones sobre las modelos.
Victoire por fin se recuperó, y ha vuelto a tener un peso más saludable para si misma. Además quiere comenzar una carrera teatral. Es una de las pocas personas que se ha atrevido a desafiar de tal manera a la industria de la moda, una realidad que no hay que ignorar.
Así la puedes ver actualmente: