
“Si no puedes lidiar conmigo en mi Gucci Mane de 2007, no mereces mi Gucci Mane de 2017”, escribió en dos fotos comparativas del rapero, en las que luce con un peso muy diferente. La cantante, sin darse cuenta, está dejando un mensaje claro y sano: que ser gorda o flaca no debería ser un determinante para nadie. Que su seguridad, confianza en sí misma y personalidad es lo que más deslumbra de ella. Que hay que aceptarse a uno mismo.
De hecho, hubo un medio en particular, llamado Barstool Sports, que publicó un artículo insultante y machista sobre su “nueva” figura: “¿Rihanna está haciendo que ´ser gorda’ sea el nuevo trend sexy?”. La respuesta es…no. Rihanna está representando al 90% de la sociedad. Porque las mujeres pueden ser gordas. Porque son seres humanos y porque existe más de un solo tipo de cuerpo. Aunque ellos no quieran verlo.

El artículo fue eliminado por “no resultar suficientemente gracioso”. Claro, no por machista, misógino, sexista y despectivo. Su justificación incluso es dolorosa. Pero por suerte Rihanna responde bien a lo Rihanna: siendo ella misma.