Durante milenios de existencia los humanos hemos tratado de dominar la naturaleza con tal de controlar egoístamente todo en nuestro entorno.
La domesticación de animales, de hecho, es una prueba de ello, pues dicha conducta desencadenó un cambio social importantísimo en las sociedades arcaicas.
Sin embargo, hoy en día, muchos siguen tratando de someter a lo salvaje e indómito. Es por ello que la vil práctica de domar animales exóticos sigue aún vigente.
No obstante, es la misma naturaleza la que se encarga de enrostrarnos lo equivocado que estamos. Así es cómo en las siguientes imágenes son una prueba latente que el instinto animal es algo que nunca se podrá domar.
Afortunadamente, el clip no termina en tragedia y nos sirve de advertencia para que como humanidad tomemos conciencia y paremos con la costumbre de tratar de someter a lo que por naturaleza tiene que ser salvaje.
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