En los Juegos Olímpicos de París 2024, el breaking debutó como disciplina olímpica, marcando un hito en la historia del baile y el deporte. Este estilo de baile, que surgió en las calles del Bronx hace 50 años, ahora ocupa un lugar prominente en el evento deportivo más prestigioso del mundo.
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El breaking, una forma de danza que combina acrobacias y movimientos estilizados, se presentó en la icónica Plaza de la Concordia, un escenario que ha sido testigo de momentos históricos en la historia de Francia.
Los Juegos Olímpicos de París no son ajenos a disciplinas inusuales. En ediciones anteriores, como en 1900 y 1924, se incluyeron eventos singulares como el tiro a la paloma y carreras de globo aerostático. La inclusión del breaking refleja una tendencia a diversificar las competencias olímpicas y atraer a una audiencia más joven, similar al impacto que tuvo el skateboarding en Tokio 2020.
En la competencia de breaking, la japonesa B-Girl Ami se coronó campeona, mientras que el canadiense B-Boy Phil Wizard ganó en la categoría masculina.
La inclusión del breaking en los Olímpicos sigue a su éxito en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. El Comité Olímpico Internacional decidió en 2014 que los anfitriones podrían añadir deportes adicionales, y París optó por el breaking en lugar de otras propuestas. La decisión subraya el creciente reconocimiento de la cultura hip-hop y su influencia global.
El origen del breaking se remonta a los años 70, cuando el DJ Kool Herc empezó a extender los breaks en la música para mantener a la audiencia bailando. Este estilo se desarrolló en el contexto de la pobreza y la marginalidad en el Bronx, ofreciendo una alternativa creativa y competitiva a las guerras de pandillas. A pesar de su naturaleza rebelde, el breaking ha logrado integrarse en el ámbito deportivo global.
El debut olímpico del breaking también presentó desafíos, como la necesidad de mantener la autenticidad del estilo en un entorno tan formal. A pesar de la preocupación por la posible pérdida de su esencia rebelde, los eventos en París mostraron que el espíritu competitivo del breaking se mantuvo intacto.
Aunque el breaking no estará en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, su futuro sigue siendo prometedor. El movimiento, con su rica historia y su base global, continuará influyendo en la cultura y el deporte. El desafío será equilibrar la institucionalización del breaking con su esencia original, preservando su espíritu mientras se exploran nuevas oportunidades de crecimiento y visibilidad.
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Foto: Redes
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