Sarah Cummings lo tenía todo organizado para celebrar su boda. El enlace se iba a celebrar el pasado 15 de julio en el lujoso hotel Ritz Charles de Carmel, en Indiana, e invitar a las 170 personas previstas le iba a costar 26.000 dólares —según informa Independent—.
Sin embargo, la boda se canceló. Ante esa inesperada circunstancia, Cummings tomó una decisión que muchos ya han aplaudido: en lugar de tirar toda la comida, mantuvo la reserva para invitar a comer a gente sin hogar.
«Fue devastador», reconoce la joven, quien ha recordado aquel momento en el que tuvo que llamar invitado por invitado para anunciar la cancelación. «Me disculpé, lloré, llamé a los músicos, volví a llorar, pero cuando me enteré de que toda esa comida sería arrojada a la basura, me sentí mal», ha argumentado Cumming.