No hay nada que le ponga los pelos de punta a una mujer como que los hombres la acosen por la calle. Noa Jansma, y como muchas de nosotras, estaba harta de piropos desagradables y hombres persiguiéndola en Amsterdam (Países Bajos), así que decidió hacer algo al respecto: se hizo un selfie con cada baboso que no quiso dejarla en paz, y lo subió a Instagram, junto con lo que estos le decían.
¿Y qué dicen las fotos? Juntando las muecas insensibles y desvergonzadas de los acosadores junto a su propia expresión de hartura que tan familiar es, Jansma muestra al mundo lo frecuentes, reales e inquietantes que son estas experiencias para mujeres en todo el mundo. Aunque ella consigue ponerse por encima de ellos documentando sus acciones y mostrándolas para que todo el mundo las vea. Su propio experimento ya ha terminado, pero la página de Instagram @dearcatcallers está abierta para que otras envíen sus fotos en estas situaciones, con la esperanza de crear un diálogo global sobre las luchas a las que se enfrentan las mujeres como colectivo.