Carta de una mujer que se enamoró de un perro

Me ha llevado bastante tiempo decidirme a contar mi experiencia pero quiero hacerlo pues pienso mi historia puede servir a muchas personas que ocultan su amor con su mascota o se sienten mal por sentir de esta manera


Autor: Director

coker

Me ha llevado bastante tiempo decidirme a contar mi experiencia pero quiero hacerlo pues pienso mi historia puede servir a muchas personas que ocultan su amor con su mascota o se sienten mal por sentir de esta manera.

Todo comenzó hace unos 3 años, Natalia mi roomi regresaba a su país de origen y su mascota shadow un hermoso coker negro de 1 año que le había regalado su ex se quedaba junto a mi.

Nunca fui de tener mascotas, ni gatos ni perros, pero Shadow poco a poco empezó a ganarse mi corazón.

Al regresar del trabajo a casa siempre me esperaba con una sonrisa, y me daba lengüetazos, por las noches me preparaba cena para mi y para el y comíamos juntos y al irme a dormir se subía a mi cama y dormía conmigo.

Yo ya llevaba 3 años sin tener novio ni relaciones sexuales y Shadow poco a poco se convertía en mi único compañero que conocía de mis penas y alegrías.

Un día mi vecina me preguntó que qué me pasaba, pues husmeaba por el cerco y escuchaba como durante los fin de semanas yo tenía largas conversaciones con Shadow, y no lograba entender que uno pueda comunicarle a su perro lo que le sucede y que este sí puede entenderte y mejor a mi parecer que hasta un ser humano.

Con el pasar del tiempo nuestra relación se fue estrechando hasta que un día de verano tras beber varias cervezas con mis amigas, regrese a caso un tanto ebria y me zambullí semi desnuda en mi cama.

Como de costumbre Shadow llegó y comenzó a darme sus lengüetazos y se quedo quieto a mi lado. Cuando ya estaba para quedarme dormida el muy travieso se había metido bajo las sábanas y comenzó a darme lengüetazos cerca de mi entrepierna.

Pensé en sacarlo de ahí, pero era tan agradable la sensación que decidí dejarlo que continuara.

El resultado fue un orgasmos maravilloso, que me erizó entera. Sentí luego algo de vergüenza y saqué a Shadow de la habitación, pero después de quedarme despierta y meditarlo durante largo rato, me di cuenta que el no tenía culpa de nada, solo me había hecho feliz y que se merecía lo mejor de mi.

Desde entonces hasta ahora han pasado ya cuatro años, Shadow duerme conmigo a diario y no solo el me da cariño a mi si no también con el tiempo yo se lo fui dando a el.

Sus partes íntimas no son tan diferentes a la de un hombre y el sí puedo decir me es 100 fiel.

Se que el sexo animales es calificado como zoofilia, como una enfermedad, pero yo creo que todo esto no es más que amor, que un cariño sincero y que en el mundo existen cosas mucho peores y dañinas que hacen mal a mucha gente.

Se que quizá sonaré como incomprendida, pero quería desahogarme y compartir esta historia con ustedes.

 

Anne


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