Antes que se conociera en occidente el cepillo de dientes, habían múltiples maneras de higienizar la boca, sin embargo un método antiguo que se utilizaba en Europa desde la época de los Romanos consistía en lavarse los dientes con un trozo de tela. Este método de alguna manera sobrevive hoy, al indicarles a las mamás limpiar la boca de sus bebés con una gasa húmeda.
El Método, muy simple
- Con agua enjuágate enérgicamente la boca.
- Humedece una tela con agua y enróllala alrededor de tu dedo índice.
- Arrastra el dedo con la tela por todos los dientes y encías que los rodean.
- Enjuágate y bota. Limpia la tela.
- Arrastra el dedo con la tela por la superficie de la lengua, cuidado con producirte arcadas.
- Enjuágate y bota, limpia la tela.
Este es un método de emergencia, se debe se meticuloso con las encías, ya que con el acumulo de placa dental son las primeras en presentar problemas (otra réplica).
Existen productos para -en caso de emergencia- higienizar los dientes sin cepillo, por ejemplo en un vuelo, pero siempre serán mejor los productos tradicionales.